Francia

Macron y Hollande escenifican un simbólico encuentro en París

  • El presidente electo participa en su primer acto público en París con motivo de los 72 años del triunfo sobre la Alemania nazi.

Macron y Hollande.

Macron y Hollande. / Efe

El presidente electo de Francia, Emmanuel Macron, y el mandatario saliente, François Hollande, escenificaron un simbólico apretón de manos bajo el Arco del Triunfo parisino, donde celebraron los 72 años del triunfo ante la Alemania nazi. En su primer acto público después de haber vencido ampliamente las presidenciales ante la ultraderechista Marine Le Pen, Macron acudió al acto de homenaje invitado por quien será su antecesor una vez se formalice el traspaso de poderes, programado para el próximo 14 de mayo.

Bajo el emblemático Arco del Triunfo, el socialista Hollande recibió con una sonrisa y un apretón de manos a Macron, al mismo que introdujo en el mundo de la política y al que nombró ministro de Economía entre 2014 y 2016. "Estuvo a mi lado cuando yo era candidato, luego cuando fui presidente, posteriormente fue ministro de mi Gobierno (...) Se emancipó y quiso presentar un proyecto a los franceses", dijo Hollande a la televisión pública.

Macron fue durante varios años uno de los más influyentes consejeros de Hollande y promovió algunas de sus reformas más polémicas, como la del mercado laboral.

Para el presidente saliente, el más impopular de las últimas décadas, no supuso una traición que Macron dimitiese de su puesto de ministro y fundase un movimiento propio que mermó electoralmente al gubernamental Partido Socialista (PS).

"Sabe que si necesita una información, un consejo, una experiencia se dirigirá a mi libremente, siempre estaré a su lado", refirió.

Durante la ceremonia, Macron escuchó junto a su antiguo jefe La Marsellesa, el himno de Francia, y "Le Chant des partisans", canción emblemática de la Resistencia francesa ante la ocupación de la Alemania nazi.

Ambos depositaron una corona de flores en la tumba del "Soldado desconocido", en homenaje a los millones de soldados que dejaron su vida en la Primera (1914-1918) y Segunda Guerra Mundial (1939-1945), y saludaron, uno a uno, a un grupo de veteranos.

El día después de las elecciones presidenciales, cuya campaña fue una de las más agrias que se recuerdan, la prensa francesa destacó la juventud del presidente electo.

Con apenas 39 años, se convertirá en el más joven jefe de Estado francés de la V República, iniciada en 1958.

Pero los medios franceses también alertaron de que la gobernación de Macron dependerá de las elecciones legislativas del 11 y 18 de junio.

Que salga un Parlamento afín a sus reformas o no será crucial para que pueda poner en marcha su programa.

Así lo apuntaron las agencias de calificación financieras Moody's y Standard & Poor's (S&P).

Las dos emitieron hoy respectivas notas de análisis en las que aprecian las medidas de Macron, aunque alertan que serán difíciles de ejecutar si no cuenta con una Asamblea favorable.

Ambas destacaron del programa económico del proeuropeo Macron su reforma del mercado laboral, concretamente el límite que quiere imponer en las indemnizaciones por despido establecidas por los jueces.

Aunque el triunfo de Macron resultó más holgado de lo previsto (dos de cada tres votantes franceses le escogieron), la alta abstención (25,44 %) y el inédito porcentaje de votos blancos y nulos (11,47 %) empañaron su elección.

También las casas de sondeos desgranaron porqué los electores se decantaron anoche por el joven candidato: un 43 % lo hizo para frenar a Marine Le Pen, no porque creyese en el programa de Macron.

El descontento popular ya se hizo sentir anoche, cuando varias centenas de manifestantes mostraron su desacuerdo con la elección de Macron, antiguo banquero de inversión en Rothschild.

Resultado de esta protesta, la policía arrestó preventivamente a nueve manifestantes.

Hoy mismo se celebró otro acto en la plaza de la República de París, donde se reunió un millar de personas bajo el paraguas del Frente Social, formado por sindicatos y asociaciones.

El objetivo de la protesta, que vivió algunos momentos de tensión entre manifestantes y la policía, era recordar al inminente inquilino de El Elíseo que los derechos sociales y laborales adquiridos "no se tocan".

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