El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, remodeló su Gobierno y nombró como vicepresidente ejecutivo a Tareck El Aissami, representante del sector más duro del chavismo. El nuevo vicepresidente, hasta ahora gobernador del estado de Aragua, es uno de los chavistas más cuestionados por la oposición. El Aissani sustituye en el cargo a Aristóbulo Istúriz.

Maduro afirmó que ha elegido a El Aissami, de 42 años, de familia musulmana y de origen sirio-libanés, para que se ocupe de la seguridad del país y de la lucha contra lo que calificó de "terrorismo de extrema derecha".

Paralelamente, el nuevo presidente de la Asamblea Nacional, el diputado opositor Julio Borges, juró ayer como jefe del Legislativo en sustitución de Henry Ramos Allup. Borges, del partido Primero Justicia, dirigirá la Cámara este segundo año del quinquenio parlamentario. El jefe de la bancada chavista, Héctor Rodríguez, afirmó que la toma de posesión de la nueva presidencia es "ilegal e inconstitucional" por desacato al Tribunal Supremo de Justicia.

La Misión de la ONU en Colombia separó ayer del servicio a los tres observadores que participaron el pasado 31 de diciembre en un festejo de las FARC en un campamento en el norte del país donde estuvieron bailando con los guerrilleros, así como a su supervisor. "La Misión reitera su determinación de verificar con total imparcialidad los compromisos de las partes sobre el cese al fuego y de hostilidades y la dejación de armas", indicó el organismo en un comunicado en el que no detalló ni el nombre ni la nacionalidad de los funcionarios.

El escándalo se desató tras la difusión de un vídeo en un campamento de las FARC en cercanías del caserío Conejo, en el departamento de La Guajira, donde están preagrupados los rebeldes antes de iniciar su tránsito a la vida civil.