La mayoría de los pasajeros del vuelo 214 de la compañía Asiana Airlines, que ayer se estrelló al aterrizar en el aeropuerto de San Francisco, salieron ilesos, según declararon testigos presenciales a varios medios estadounidenses. Un ejecutivo de la firma Samsung, David Eun, que estaba en el aparato accidentado, indicó en un mensaje por Twitter que "casi todos están bien" y describió la experiencia como "surrealista".

Según las primeras informaciones, la parte trasera del avión, un Boeing 777 con capacidad para entre 245 y 300 personas, tocó en la pista durante el aterrizaje, lo que provocó el accidente y el posterior incendio. El avión perdió la sección de timón de cola al tocar la pista y se deslizó mientras una larga columna de humo blanco salía de su fuselaje. El vídeo colgado en Youtube de un testigo que grabó el impacto hizo temer lo peor, pero, milagrosamente no hubo víctimas mortales y sólo hubo que trasladar a algunos heridos leves a los hospitales.

Al cierre de esta edición, el aeropuerto de San Francisco fue cerrado a todo el tráfico y los aviones estaban siendo desviados al aeropuerto internacional de Los Ángeles.