Un marroquí de 22 años murió electrocutado en la franja fronteriza entre Grecia y Macedonia al intentar saltar la valla erigida por las autoridades macedonias, confirmó la organización Médicos sin Fronteras (MSF). "La víctima rozó accidentalmente el tendido eléctrico de la compañía ferroviaria", dijo el portavoz de MSF, Dimitris Rubís. Según informan los medios griegos presentes en ese momento, un grupo de migrantes que acompañaba al marroquí impidieron que una ambulancia se llevara el cadáver y tan solo lo entregaron después de haber rezado por él.

Entre 5.000 y 6.000 personas están en estos momentos atrapadas en la frontera, como consecuencia de la decisión hace dos semanas por parte del Gobierno de la Antigua República Yugoslava de Macedonia de permitir solo el paso a ciudadanos de Siria, Afganistán e Iraq.

Según explicó Constance Theisen, de Médicos sin Fronteras y presente en Idomeni, en la frontera "hay problemas de comida y de alojamiento. "Las ONG les distribuyen tiendas de campaña individuales, pero todo aquí es trabajo de las ONG y de voluntarios. El Estado griego está completamente ausente", lamentó Theisen.

La noche del miércoles se produjeron nuevos enfrentamientos en la frontera entre migrantes y refugiados, así como con la policía fronteriza. En torno a un centenar de migrantes de diversos países se enfrentó contra un grupo de afganos, en protesta por lo que consideran una situación privilegiada, al poder cruzar la frontera. Posteriormente, la policía macedonia disparó con gases lacrimógenos contra unos dos centenares de paquistaníes que intentaron cruzar esta valla de cuatro kilómetros, recién construida. Según explicó Theisen, durante los disturbios fueron incendiadas varias tiendas del campamento de acogida provisional de Idomeni, lo que obligó a Médicos sin Fronteras a trasladar su clínica móvil al exterior del recinto.

Mientras tanto, la tensión prevalece en la zona neutral, donde cientos de inmigrantes exigen que se les deje cruzar. El portavoz de las Fuerzas Armadas macedonias, Toni Janevski, indicó que se ha empezado con las tareas para ampliar la valla. "La construcción continúa en todas aquellas partes de la frontera que consideramos vulnerables y fáciles de cruzar. Todavía no sabemos cuál será la longitud final de la valla", explicó. Los medios macedonios habían señalado en días pasadas que la longitud podría alcanzar los 50 kilómetros.

Mientras que el número de personas a las que no se les ha permitido cruzar en los últimos días asciende a los citados 5.000, unos 2.000 refugiados, en su mayoría sirios, han cruzado la frontera en las últimas 24 horas, informó el ministerio de Interior macedonio.

El ministro de Migración griego, Yannis Muzalas, señaló hace unos días que su gobierno prevé trasladar a Atenas a los refugiados atrapados en la frontera. Muzalas rechazó con firmeza las críticas desde el exterior, según las cuales Grecia no está tomando las medidas acordadas para proteger sus fronteras, que, según algunos medios, ha llevado a que se le amenace con una expulsión del espacio de Schengen. "Nos acusan de no querer colaborar con Frontex. Como ministro en el Gobierno de transición (previo a las elecciones de septiembre) pedí personalmente el envío de 318 empleados de Frontex, tenemos 40", dijo Muzalas en el Parlamento.

El ministro añadió que tras las elecciones de septiembre pidió el envío de 1.600 empleados de la agencia europea de protección de fronteras con el objetivo de mejorar el registro de los migrantes y refugiados en las islas, pero "a fecha de hoy seguimos con 40". "Son 40 personas, que funcionan con los horarios de sus respectivos países, mientras que nuestros policías trabajan las 24 horas del día", remarcó. Muzalas anunció además que su ministerio pidió la activación del Mecanismo Europeo de Protección Civil, que contempla cooperación entre 31 países europeos para responder ante desastres. "Lo pedimos ahora y no unos meses antes, porque entonces no estábamos en condiciones de evaluar nuestras necesidades exactas", precisó.