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La ONU ve argumentos para acusar a Israel de crímenes de guerra en Gaza

  • El relator del organismo denuncia la "clara violación de las leyes humanitarias" en la ofensiva · Tel Aviv amenaza con bombardear de nuevo los túneles de Rafah

La ONU puso ayer sobre la mesa lo que el mundo entero intuía tras comprobar los efectos de la ofensiva israelí sobre Gaza. Richard Falk, el relator al que el organismo internacional ha encargado el informe sobre la vulneración de los derechos humanos en la zona, fue ayer contundente al confirmar que el Gobierno de Tel Aviv cometió crímenes de guerra durante el asedio y posterior ataque desplegado en la Franja. "La evidencia de la violación de la ley humanitaria es tan clara que no tengo ninguna duda de la necesidad de una investigación independiente que demuestre que Israel ha cometido crímenes de guerra", sentenció.

Falk, para más inri de confesión judía, considera que Israel cometió crímenes de guerra y contra la humanidad antes incluso del último conflicto al aplicar "un bloqueo ilegal y sostenido durante 18 meses de comida, medicamentos y combustible que puede haber afectado a la población de Gaza de por vida".

Esos delitos se agravaron, a juicio del experto, por el hecho de que Israel no permitió a la población civil abandonar el territorio antes de bombardearlo e iniciar la contienda. "No hay precedentes de que una población entera quede bloqueada en zona de guerra y sin posibilidad de huir ni de convertirse en refugiados", detalló.

Entre sus argumentos, Falk agrega que el crimen cometido es aún más grave porque el 70% de la población de Gaza es menor de 18 años y, además, rechaza totalmente la tesis de Israel de que la acción emprendida a partir del 27 de diciembre estaba basada en la autodefensa. "No tenía base legal, pero además el uso desproporcionado de la fuerza lo descarta totalmente", aclara el relator. Ante esa realidad, Falk expresa su deseo y convicción de que Israel sea condenado y perseguido por sus crímenes.

Pese a los 1.285 muertos que se cobró la ofensiva -según el último balance oficial publicado-, el primer ministro israelí, Ehud Olmert, aseguró ayer que su Ejército "nunca" quiso ejercer contra Hamas todo el poder del que dispone. Y lanzó una advertencia a los radicales palestinos: "a pesar de la calma" que reina ahora entre ambas partes, "las cosas podrían cambiar". De hecho, el ministro de Defensa, Ehud Barak, insiste desde mediados de semana en que los túneles que unen Rafah con Egipto, bombardeados durante los 22 días de la operación Plomo Fundido, podrían volver a recibir el fuego de la artillería si, tras confirmarse que vuelven a estar operativos, se convierten de nuevo en puerta de entrada para el tráfico ilegal de armamento.

Quienes intentan rehacer su día a día son los miles de palestinos atrapados en la Franja. Tel Aviv ratificó ayer ante la UE que está permitiendo la entrada de ayuda humanitaria en un territorio que hoy, por primera vez en casi un mes, celebra en paz la fiesta sagrada de los viernes. También se conoció ayer que la conferencia de donantes que debe poner las bases de la reconstrucción se celebrará en el mes de febrero.

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