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Obama cita a Córdoba y Al Ándalus como ejemplo de un islam tolerante

  • El presidente estadounidense ofrece un "nuevo comienzo" en las relaciones · Comete un error histórico al situar ese periodo de tolerancia "durante la Inquisición", cuando fue una época muy anterior

El presidente de EEUU, Barack Obama, ofreció ayer un "nuevo comienzo" en las relaciones entre Estados Unidos y el mundo musulmán, basado en los intereses y el respeto mutuos, en su esperado discurso a los creyentes islámicos desde El Cairo.

Obama puso como ejemplo de tolerancia a la Córdoba y la Andalucía musulmanas. "El islam tiene una orgullosa tradición de tolerancia. Lo vemos en la historia de Andalucía y Córdoba durante la Inquisición", afirmó el presidente estadounidense, que cometió un error histórico ya que la Inquisición se crea en 1478, mucho tiempo después del periodo al que se refirió Obama, el del califato de Córdoba, que es anterior en su nacimiento al año 1000.

El discurso en el auditorio de la Universidad de El Cairo, de casi una hora de duración y uno de los más largos pronunciados por el presidente en su mandato, estuvo cargado de contenido, en el que Barack Obama repasó las distintas áreas de tensión entre su país y los musulmanes, pero en el que el hilo principal fue la necesidad de "acabar este ciclo de sospecha y discordia".

Más que exponer nuevas propuestas, Obama se concentró en explicar su política hacia el mundo musulmán a una audiencia que llenaba el recinto, que interrumpió al presidente en numerosas ocasiones y le despidió con gritos de "Obama, Obama".

No siempre fue un mensaje fácil. Su llamamiento en defensa de los judíos o del derecho de Israel a existir fue acogido con silencio en la sala, que sin embargo aplaudió con entusiasmo sus frases insólitamente tajantes en contra de los asentamientos israelíes o en favor de los derechos humanos.

"En tanto nuestra relación venga definida por nuestras diferencias, estamos potenciando a los que cultivan el odio en lugar de la paz, y a quienes promueven el conflicto en vez de la cooperación", destacó el mandatario.

EEUU y el islam "no necesitan competir", sino que comparten principios como la justicia o la tolerancia, afirmó el presidente, que aludió a sus propias experiencias del islam como un niño criado en Indonesia o a la aportación de la cultura musulmana en Estados Unidos.

Instó a los musulmanes a superar sus prejuicios contra EEUU y enumeró una serie de áreas donde se han producido desencuentros, desde Iraq y Afganistán al conflicto israelo-palestino o los derechos humanos.

El presidente estadounidense dedicó una amplia sección de su discurso al conflicto en Oriente Próximo que, según aseguró, sólo tiene como solución posible la coexistencia de un Estado israelí y otro palestino.

Obama se mostró muy contundente en este sentido y recordó que los palestinos tienen la obligación de poner fin a la violencia y los israelíes de mejorar las condiciones de vida de sus vecinos y poner fin a los asentamientos.

El presidente estadounidense también recordó su compromiso de retirar a las tropas estadounidenses para 2011 de territorio iraquí y su nueva estrategia para Afganistán, donde aseguró que su intención no es mantener tropas eternamente.

Pero al tiempo que exponía su visión sobre estas áreas, el presidente estadounidense instó a los musulmanes a rechazar la violencia extremista y aseguró que EEUU hará cuanto sea necesario para enfrentarse "sin descanso a los extremistas violentos que representen una amenaza grave a nuestra seguridad".

Obama afirmó que hará frente al extremismo de modo "respetuoso de la soberanía de las naciones y el Estado de Derecho", y en colaboración con las comunidades musulmanas que también se vean amenazadas.

"Cuanto más pronto los extremistas queden aislados y faltos de acogida en las comunidades musulmanas, antes todos nosotros estaremos seguros", afirmó el presidente estadounidense.

Obama también lanzó un llamamiento a Irán para que acepte su oferta de un nuevo comienzo sin precondiciones, en el que la República Islámica debe cumplir sus compromisos internacionales sobre su programa nuclear para evitar una escalada de armamento en la zona.

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