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Obama recibe el apoyo de Merkel para trazar un proceso de paz en Oriente Próximo

  • La canciller alemana calificó el discurso del presidente estadounidense como la "llave para abrir la puerta al mundo árabe".

La canciller alemana, Angela Merkel, prometió al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, el pleno respaldo de su Gobierno a los esfuerzos por dar nueva vida al proceso de paz en Oriente Próximo. "Alemania hará todo lo que esté en sus manos para acompañar constructivamente el proceso de paz", dijo Merkel tras reunirse con Obama en la ciudad germano-oriental de Dresde, a la que el presidente llegó anoche procedente de El Cairo.

Merkel hizo estas declaraciones en alusión al "significativo" discurso pronunciado por Obama en El Cairo, que para la canciller constituye "un punto de partida" para nuevos esfuerzos políticos. La canciller calificó el discurso de "llave para abrir la puerta al mundo árabe", que ahora deberá ser acompañada por pasos concretos y en los que Alemania podrá ayudar por sus intensas relaciones con Israel. Advirtió, sin embargo, de que la comunidad internacional sólo puede "acompañar" este proceso que en definitiva únicamente podrá ser resuelto por las partes en conflicto.

Ambos acordaron además una "cooperación estrecha" en lo que respecta al dossier nuclear iraní y la canciller ofreció también en este punto la experiencia adquirida sobre este tema como miembro del grupo de negociación. Durante la conversación celebrada en la Bóveda Verde del Palacio de Dresde se abordó también el espinoso tema de los prisioneros de Guantánamo, sin que se llegara, sin embargo, a una solución sobre la acogida. Merkel señaló que los respectivos ministros del Interior se pondrán a trabajar en ello, con la voluntad de "encontrar una solución conjunta" habida cuenta de que el objetivo de cerrar el campo es común. El acuerdo de la Unión Europea sobre la acogida de presos prevé que las negociaciones de cada país con Estados Unidos se lleve a título bilateral. Alemania se ha mostrado hasta ahora reticente a acoger a un pequeño grupo de miembros de la minoría china uigur.

El ministro del Interior, Wolfgang Schäuble, se manifestó recientemente insatisfecho con la información facilitada por Estados Unidos en la que solicita la acogida en Alemania de los nueve uigures. Para Schäuble, no ha quedado suficientemente documentado que los presos no constituyen ningún peligro y los motivos por los que no pueden ser acogidos en EEUU, dos de las condiciones impuestas por Berlín.

Con respecto a la crisis financiera internacional, Merkel informó de que ambos han llegado a la conclusión de que en la próxima cumbre del G20 deben quedar reflejados los avances logrados desde la última cita de Londres. Merkel alabó, por otro lado, el "ambicioso" programa lanzado por la nueva Administración estadounidense para luchar contra el cambio climático, iniciativa que será necesaria para lograr que las negociaciones para un acuerdo después de Kioto y la cumbre de Copenhague en diciembre concluyan con éxito.

La canciller, que al igual que Obama, calificó las relaciones entre ambos de buenas, pese a los insistentes rumores contrarios en la prensa alemana, le agradeció haber elegido Dresde y el campo de Buchenwald como puntos centrales de su viaje, por tratarse de lugares con mucha carga histórica. Recordó Merkel que Dresde quedó completamente destruida en la II Guerra Mundial y que ahora se ha convertido en símbolo de la reconstrucción de Alemania tras la caída del muro. Dresde, la capital de Sajonia, formaba parte del territorio de la extinta República Democrática Alemana (RDA), cuyas autoridades se centraron en la construcción de viviendas pero no en la reconstrucción del patrimonio cultural de esta capital del barroco alemán, que tan sólo ha sido rehabilitado a partir de la caída del muro. Por otro lado, recordó el campo de concentración de Buchenwald como ejemplo de la barbarie nazi y a la vez lugar que fue liberado por las tropas estadounidenses.

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