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Obama enciende las alarmas ante el freno a su nueva sanidad

  • El presidente de Estados Unidos advierte que las aseguradoras privadas encarecerán sus precios si encalla la reforma del sistema de salud que propugna

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, instó ayer al Congreso a aprobar este mes su reforma del sistema de salud y advirtió de que si rechaza el proyecto el coste deberán pagarlo todos los estadounidenses.

"Si no actuamos ahora" las compañías de seguros de salud continuarán aumentando las primas, pronosticó en su habitual discurso radiofónico de los sábados. Obama señaló que "seguirán negando cobertura a la gente que la necesita. Continuarán negando cobertura por condiciones preexistentes". "Por eso debemos actuar ahora. El Congreso de Estados Unidos le debe al pueblo estadounidense un voto directo sobre la reforma del sistema de salud", agregó.

El presidente de EEUU prometió que su propuesta pondrá fin a las malas prácticas de la industria de los seguros, reducirá los costes médicos y dará a individuos y empresas el mismo tipo de seguro privado de salud que tienen los miembros del Congreso.

También advirtió de que pasarán años antes de que se apliquen todas las reformas, aun cuando algunas de sus disposiciones entrarán en vigor este mismo año.

Entre ellas mencionó exenciones tributarias para pequeñas empresas que den seguro a sus empleados y garantías de que lo recibirán las personas con problemas de salud preexistentes.

Si el Congreso aprueba la reforma "mejorarán millones de vida. Algunas se salvarán. Muchas familias y dueños de pequeñas empresas tendrán seguro de salud por primera vez", afirmó.

La propuesta del Gobierno demócrata de Obama ha encontrado la férrea resistencia de los legisladores republicanos, que opinan que contribuirá a aumentar los impuestos y reducirá algunos programas de protección social.

En un discurso radiofónico simultáneo al de Obama, el legislador republicano Parker Griffith advirtió de que los demócratas quieren aprobar "a la fuerza" la reforma con la que el Gobierno, según dijo, pasaría a controlar el sistema de salud.

Añadió que de aprobarse "aumentarán los impuestos, reducirá los beneficios de Medicare (concedidos a las personas de edad avanzada) y destruirá fuentes de trabajo".

"El pueblo de EEUU ha dicho de manera clara que no quiere este control oficial del sistema que destruirá trabajos", agregó.

El legislador también afirmó que Obama, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y el líder de la mayoría demócrata del Senado, Harry Reid, se niegan a escuchar a los estadounidenses. Para ellos, la reforma trata menos de ayudar a los pacientes y más de conseguir triunfos políticos, agregó. "Solo los republicanos han propuesto reformas del sistema de salud asequibles en este momento de vicisitudes económicas", añadió.

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