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Le Pen agranda el trampolín de la ultraderecha francesa para las presidenciales de 2017

  • La victoria del Frente Nacional empuja a los socialistas de Hollande a retirar candidatos para impedirle un éxito mayor

El ultraderechista Frente Nacional (FN) logró en la primera vuelta de las elecciones regionales francesas su tercera victoria a nivel nacional en año y medio, una ascensión fulgurante que ha colocado al partido que lidera Marine Le Pen en el centro del debate político. Se trata del mejor trampolín posible para que la dirigente ultraderechista afronte en buena situación las próximas elecciones del país, las presidenciales de 2017, la verdadera ambición que alberga.

Tras haber rozado el 25% de los votos en las europeas de mayo de 2014 y haberlo superado por poco en las departamentales de marzo pasado, el FN volvió a ser el domingo el partido más votado, con más del 28% de los sufragios, un punto más que la derecha tradicional de Nicolas Sarkozy y cinco más que los socialistas del presidente François Hollande.

Le Pen obliga así a sus teóricos rivales en 2017 a bailar al ritmo que ella dicta, según la profesora del Centro de Estudios Europeos de Sciences Po, Nonna Mayer, especialista en el Frente Nacional. Para esta politóloga, la líder de extrema derecha marca la agenda y los partidos tradicionales siguen su estela.

El principal perjudicado por la victoria del FN ha sido el Partido Socialista, que retirará a sus candidatos en algunas regiones para intentar evitar un éxito aún mayor de la formación liderada por Le Pen en la segunda vuelta convocada para el domingo próximo. Los socialistas quieren de esta forma reducir las posibilidades del FN en su lucha con los candidatos conservadores en liza. Según una encuesta del diario Le Parisien, en un duelo entre los Republicanos, el nuevo partido del ex presidente Nicolas Sarkozy, y el de Le Pen, el 59% de los votantes se decantaría por el primero.

No obstante, esa estrategia ya ha colisionado con algunos críticos en el seno del propio Partido Socialista. Su candidato en Alsacia Lorena Champgne Ardenas, Jean-Pierre Masseret, se negó a retirarse de la contienda porque "no voy a dejar colgados a 5,5 millones de habitantes entre una derecha que ha derivado al extremo o una extrema derecha nacionalista. La mejor manera de oponernos al FN es ocupando la Asamblea Regional. Aunque no seamos mayoritarios, tenemos el deber de continuar el trabajo en la oposición".

Desde las filas del FN, su dirigente no se sintió sorprendida por los resultados y además lanzó un aviso: "La realidad es que el FN registra cada vez más la confianza de los franceses, elección tras elección. No hay ninguna sorpresa en el resultado del domingo. Esa confianza va a seguir creciendo. Aviso para que a la próxima no sorprenda. Preparaos psicológicamente".

En el horizonte están las presidenciales de 2017. Y los socialistas quieren levantar un "dique republicano" que impida la llegada de Le Pen y los suyos al Gobierno de la República. Pero de momento están solos en esa construcción, porque al menos por el momento los republicanos de Sarkozy no están por la labor de respaldarlo. "La única actitud republicana que hay que adoptar en todas las regiones es respetar a los franceses proponiéndoles una alternativa clara", recalcó el ex presidente, que se opone rotundamente a cualquier pacto con los socialistas.

Para Le Pen, la retirada de los candidatos del partido de Hollande no sería más que el inicio del "suicidio colectivo" de los socialistas, el comienzo de un proceso que, según diagnosticó la dirigente ultraderechista, culminaría con una "desaparición completa" del Partido Socialista en Francia.

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