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Piñera utiliza un decreto de Pinochet para reprimir a los estudiantes

  • Los enfrentamientos se radicalizan en las calles de Santiago de Chile con centenares de jóvenes detenidos

El presidente chileno, Sebastián Piñera, con sólo un 26% de apoyo ciudadano, tuvo que sacar a mil policías a las calles para reprimir las manifestaciones estudiantiles que azotan el país en demanda de educación gratuita.

"El escenario se parece mucho al estado de sitio en dictadura", denunció la líder universitaria Camila Vallejo, tras la detención de 824 personas en todo el país.

La represión fustigada por la oposición de centro-izquierda y organismos de derechos humanos motivó una cacerolada en Santiago, Valparaíso y Concepción. En la jornada hubo 14 policías heridos.

Las protestas, que ya duran dos meses, fueron reprimidas a pie, caballos y vehículos por la policía que usó bombas lacrimógenas y carros lanzaaguas.

La acción policial, que no impidió que los estudiantes ocuparan un canal de televisión, fue justificada por el portavoz del gobierno, el ministro Andrés Chadwick, primo de Piñera.

"La Policía ha actuado conforme a la ley y está cumpliendo con su responsabilidad y cuenta con el respaldo del Gobierno", subrayó al defender que se prohibieran las manifestaciones.

La medida, basada en un decreto emitido por el dictador Augusto Pinochet para disolver protestas en su contra, fue rechazada por la oposición de centro-izquierda, mayoritaria en la Cámara Alta. El senador socialista Fulvio Rossi, tras denunciar represiones a menores de edad, anticipó que la oposición bloqueará todas las iniciativas legislativas del Gobierno.

"Se están violando derechos humanos fundamentales de los niños", aseguró. Piñera, que guardó silencio ante los hechos, llamó los días previos a terminar con las marchas. "Ya basta", dijo.

No obstante, cientos de estudiantes de incluso 12 años intentaron llegar al palacio presidencial de La Moneda, en medio de peleas con la Policía. "¡Piñera aprende a gobernar!", gritaron.

"Escuché balazos", cerca del palacio presidencial, dijo la líder de los escolares Laura Ortiz. "Esto es dictatorial, estamos impactados", insistió, con voz entrecortada.

La escalada del conflicto, que pareció distenderse a comienzos de semana con el inicio de negociaciones, indujo a varios líderes del alumnado a llamar a un endurecimiento de las posiciones.

"El diálogo se está cerrando", sostuvo el portavoz de los escolares, Freddy Fuentes.

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