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Putin blinda su futuro político

  • El presidente ruso acepta encabezar el partido oficialista Rusia Unida, una decisión que sirve para consolidar aún más su capacidad de maniobra en el país

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, se erigió ayer formalmente en líder de Rusia Unida (RU), partido oficialista que cuenta con una mayoría de más de dos tercios en la Duma (parlamento). La decisión sirve para blindar el futuro político del presidente y consolidar aún más su capacidad de maniobra en el país.

Por unanimidad, los más de 600 delegados al IX Congreso del partido de RU eligieron a Putin como presidente de la formación, cargo que asumirá por un período de cuatro años inmediatamente después de que abandone la jefatura del Estado, el 7 de mayo próximo.

El propio jefe del Kremlin solicitó que su elección sea efectiva a partir esa fecha, una vez que su sucesor, el presidente electo Dimitri Medvedev, sea investido como presidente de Rusia.

"Agradezco la propuesta de los militantes del partido y su dirección. Muchas gracias. Estoy dispuesto a asumir una responsabilidad adicional y encabezar Rusia Unida", con estas palabras Putin aceptó el ofrecimiento de encabezar la formación, que actualmente dirige Boris Grizlov, presidente de la Duma.

En comparación con las sesiones maratonianas del Partido Comunista de la Unión Soviética, la nueva formación del Kremlin se ha dado bastante prisa.

El congreso de Rusia Unida avanzó de forma ininterrumpida y el presidente saliente apenas necesitó ocho minutos para alabar los méritos del partido en pro del pueblo y la patria y aceptar presidirlo. Ni tres minutos después, el hasta ahora jefe del partido lo nombró su sucesor. No hizo falta ni que los delegados levantaran la mano: su ovación fue más que suficiente.

En el elegante centro comercial de Gostinny Dwor, cerca de la Plaza Roja, Putin abandonó el podio a paso rápido. Pero la imagen lo dice todo: se va para permanecer en el poder.

Lo primero que hará su sucesor en el Kremlin cuando jure el cargo será nombrar a Putin como jefe del Gobierno. Al día siguiente, el Parlamento -en el que Rusia Unida cuenta con una mayoría de dos tercios- lo ratificará.

La casta de funcionarios destacados cuyo futuro político está ligado a Putin para bien o para mal puede sentirse vencedora. El hasta ahora jefe del partido llevaba mucho tiempo pidiendo un tercer mandato de Putin, después lo declaró "líder nacional" y ahora lo celebra como una especie de secretario general del partido.

Los analistas del Kremlin hablan del desarrollo de una democracia parlamentaria con un jefe del Gobierno fuerte y un partido gobernante. Pero hasta alcanzarlo queda un largo camino. En lugar de eso, las maniobras del jefe del Krelim, obligado a abandonar la jefatura del Estado tras dos mandatos consecutivos, parecen más bien una forma de perpetuarse en el poder sin necesidad de modificar la Constitución.

La esperada decisión de Putin sobre la presidencia de Rusia Unida ha alentado las especulaciones sobre una inevitable lucha de poder. Aunque Putin subrayó más de una vez que el futuro presidente mantendrá todas las competencias que él tenía, el jefe de Estado saliente se ha asegurado una posición central en la cúpula del poder rusa y podrá controlar más de cerca a Medvedev cuando asuma la presidencia.

En el caso de que, por cualquier motivo, se produjera una ruptura entre ellos, Medvedev podría destituir a Putin como jefe del Gobierno, pero necesitaría la aprobación del Parlamento.

Muchos funcionarios esperan que el liberal Medvedev no sea más que una solución de paso y que, antes o después, Putin regrese. Pero son puras especulaciones. También podría ocurrir que el dúo Putin-Medvedev haya encontrado el camino para seguir tirando del carro de una Rusia más o menos unida.

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