El presidente ruso, Vladimir Putin, sugirió por primera vez la posibilidad de que Moscú pueda respaldar una resolución de la ONU para una intervención militar en Siria, pero volvió a exigir pruebas concluyentes a Estados Unidos del supuesto ataque con armas químicas cerca de Damasco.

En una entrevista ofrecida al primer canal de la televisión rusa, Putin no excluyó apoyar un ataque estadounidense si hay fuertes  pruebas de que el gobierno sirio utilizó armas químicas. Si se prueba objetivamente quién perpetró un ataque con gas venenoso, Moscú reaccionará de forma adecuada. Sin embargo matizó que un ataque contra un Estado soberano sólo puede ser decidido por el Consejo de Seguridad de la ONU. "Utilizar cualquier otro medio para justificar el uso de la fuerza  (...) es inaceptable y no puede ser calificado de otra forma que de agresión". 

Además, Putin dijo que considera legítimo al gobierno del presidente Bashar al Assad y volvió a justificar el suministro de armas en base a contratos antiguos. Sin embargo, aseguró que el moderno sistema de defensa antimisiles S-300 no fue suministrado aún.