El presidente de Rusia, Vladimir Putin, se quedó sin rival para las presidenciales de 2018 tras la condena por apropiación indebida del líder opositor Alexei Navalni, en lo que sus partidarios consideran un claro proceso político.

"Debido a las denuncias de mi Fondo de Lucha contra la Corrupción hay personas interesadas en apartarme de la vida política", dijo a la prensa. Navalni, un organizador en 2011 de las mayores protestas antigubernamentales desde la caída de la URSS, recibió una pena suspendida de cinco años de prisión, por lo que no tendrá que ir a la cárcel, pero no podrá postularse en los comicios.

El opositor, que anunció su candidatura a la Presidencia en diciembre, aseguró que su condena es una represalia por sus denuncias de corrupción en las más altas esferas de la administración pública. Además, no se arredró y adelantó que recurrirá ante los tribunales ordinarios el fallo y ante el Constitucional la ley vigente que impide concurrir en unas elecciones a los candidatos con antecedentes penales.

"No reconocemos el fallo, que será revocado. De acuerdo con la Constitución, tengo todo el derecho a participar en las elecciones y pienso hacerlo", aseguró Navalni, quien abrió la pasada semana su oficina electoral en San Petersburgo, patria chica de Putin.

Mientras, el Kremlin, que dijo en varias ocasiones que con antecedentes penales no se puede participar en unas elecciones, defendió la legalidad del proceso, que fue puesto ayer en duda por la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) como un "nuevo caso" de uso de la justicia con fines políticos. Putin, de 64 años, aún no ha anunciado si optará a la reelección en 2018. Según los analistas, Navalni es el único dirigente opositor con tirón electoral y que puede hacer sombra a Putin, como demostró en 2012 en las elecciones a la Alcaldía de Moscú, donde logró un histórico 27,5% de los votos.