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Risa para combatir el temor islamista

  • Los resultados de los comicios han desatado un debate sobre un potencial extremismo en el país, unas discusiones que los egipcios, famosos por su legendario sentido del humor, aderezan con chistes

Un liberal egipcio toma una lámpara mágica y la frota. Cuando aparece el genio, le pide un deseo: que haga desaparecer a todos los islamistas. El genio frunce el ceño y le dice: "¿Por qué? ¿Qué te hemos hecho?".

Es una de las docenas de bromas que los egipcios intercambian estos días ante el avance y el éxito de las formaciones islamistas en la primera fase de las elecciones parlamentarias. Según los resultados, ganarían en torno a un 60% de los asientos en el nuevo Parlamento. El auge islamista ha desatado un debate en todo el país sobre el potencial extremismo en el Egipto posrevolucionario. Y famosos por su legendario sentido del humor, los egipcios aderezan el debate con bromas.

"Un salafista llama a un taxi y después pide al conductor que apague la radio, diciendo: No había radios en tiempos del profeta Mahoma. Minutos después, le pide que apague su cigarrillo porque no había cigarrillos en tiempos del profeta. Entonces el conductor se enfada. Para el coche y echa a patadas al hombre, diciendo: No había taxis en tiempos del profeta. ¡Espera aquí a un camello!".

En la campaña electoral, los salafistas, que siguen una estricta interpretación del islam similar a la escuela de pensamiento saudí, desataron la controversia al cubrir estatuas y reemplazar imágenes de una candidata mujer en los pósters de la campaña con una flor o por el nombre de su esposo y su imagen.

Otro líder salafista, Abdel Moneim al Shahat, provocó otra controversia al decir que las novelas del premio Nobel egipcio Naguib Mafouz promueven "la prostitución y el ateísmo" y que la democracia es una "blasfemia".

Y es que dos grupos islamistas dominaron la primera ronda de los comicios a la Cámara Baja del Parlamento. El partido Libertad y Justicia de los Hermanos Musulmanes está al frente, seguido de los ultraconservadores salafistas de Al Nour, mientras la alianza liberal, el Bloque Egipcio, quedó tercero.

Prohibidos y oprimidos bajo el régimen de Mubarak, los islamistas concurren a los comicios por primera vez tras ver reconocido oficialmente sus partidos políticos tras la revolución en el país.

Las bromas políticas son populares también en las redes sociales, que jugaron un papel fundamental en el apoyo a las protestas contra el régimen de Hosni Mubarak.

"Caperucita Roja se convierte en la Chica del Niqab Negro", en referencia al velo que cubre por completo el rostro, dice otro humorista antiislamista.

Y es que hacer bromas sobre las autoridades es también parte de la vida diaria egipcia. Se intercambian en el transporte público, en cafés, por email o sms.

"El chiste es un arma poderosa", celebra el caricaturista Mustafa Hussein. "Las bromas sirven por un lado para intentar minar la autoridad o el poder de otro. Incluso en guerras, las bromas y las caricaturas se emplean para desmoralizar al enemigo", argumenta.

"En el caso de Egipto, es normal debido a la diversidad de la sociedad posrevolucionaria. Incluso entre los islamistas, hay moderados y radicales", explica. "Mucha gente en Egipto está preocupada por la dictadura religiosa. Mientras los liberales celebran seminarios para expresar sus miedos, la gente normal combate el aumento del islamismo con chistes".

Algunas fotos fueron colgadas en foros on line. Una muestra señales en los baños cambiados por las de una mujer con el rostro cubierto y un hombre con barba larga.

"Los egipcios son conocidos por convertir casi todo en chistes graciosos", afirma Duha Sami, de 40 años, que trabaja para una empresa de marketing. "Recuerdo chistes de hace décadas que realmente tienen sentido histórico y reflejan la situación de la economía y la política en el país en ese momento".

Durante la revuelta de 18 días que culminó con el derrocamiento de Mubarak en febrero, la icónica plaza Tahrir se llenó de manifestantes con pancartas satíricas. Una de ella mostraba un mensaje de una computadora que decía: "imposible instalar la libertad. Por favor, desinstale a Mubarak e inténtelo de nuevo".

Pero la última broma llega por Navidad: "Para moverse con libertad este año, Santa Claus tendrá que disfrazarse con un traje blanco por las rodillas, pantalones anchos y un turbante sobre la cabeza".

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