La Comisión Europea y Roma protagonizaron ayer una polémica tras la llegada masiva de inmigrantes tunecinos a la isla italiana de Lampedusa, ante la que Bruselas dijo haber ofrecido su ayuda y el Gobierno italiano aseguró haberla pedido sin obtener respuesta.

"Estoy muy sorprendida" por el hecho de que Italia "denunciara una respuesta lenta y burocrática de la Comisión a su petición de ayuda", dijo la comisaria europea de Asuntos Interiores, Cecilia Malmstrom. "He estado en contacto con las autoridades italianas desde el sábado y cuando les ofrecí ayuda, me dijeron: 'No, gracias, no requerimos asistencia de la Comisión en estos momentos", aseguró la comisaria en un comunicado.

De esta forma, Bruselas repudió las acusaciones del ministro italiano del Interior, Roberto Maroni, de la Liga Norte, una formación antiinmigración, que el domingo criticó a la UE por "haber dejado sola a Italia, como siempre", ante el desembarco de unas 5.000 personas procedentes de Túnez en los últimos días.

"Europa no hace nada. Estoy muy preocupado y he pedido la intervención urgente de la UE porque el Magreb está explotando. Como siempre, nos han dejado solos. Gestionamos la urgencia humanitaria con la única protección civil. Una intervención de Europa es indispensable", aseguró Roberto Maroni.

Pero Maroni pasó al contraataque tras las palabras de Malmstrom: "No es verdad que Italia rechazara la ayuda de la Comisión", dijo su portavoz.

La Comisión está "dispuesta a ayudar a Italia en la medida de sus medios y competencias", insistió por su parte el portavoz de Malmstrom, citando la posibilidad de enviar a Italia agentes fronterizos de otros países miembros de la Unión Europea.

Por el momento, las llegadas de inmigrantes tunecinos a la isla italiana de Lampedusa se frenaron ayer tras la avalancha de unos 5.000 clandestinos recibidos en los últimos cinco días, indicó la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).