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Rotterdam elige al primer alcalde musulmán de Holanda

  • Ahmed Aboutaleb, holandés de origen marroquí, tomará posesión en enero

No fue quizás un terremoto político, pero sí una sensación. Un musulmán practicante, que llegó a Holanda con 16 años y es hijo de un imán muy religioso, que además nunca ha renunciado al pasaporte de su país de origen, se va a convertir próximamente en el alcalde del puerto más grande de Europa, Rotterdam.

La decisión del consejo municipal al elegir a Ahmed Aboutaleb, de 47 años y de origen marroquí, como futuro alcalde, no podía ser más espectacular, escribía el diario cristiano-liberal Trouw.

Que por primera vez un musulmán se convierta en alcalde de una ciudad en Holanda es "un enorme avance en el debate nacional sobre la integración de los inmigrantes", aseguraba el rotativo.

Además, la decisión fue vista como una señal de esperanza de que se superen los disturbios y acusaciones que surgieron en la sociedad holandesa desde 2004, tras el asesinato del director crítico con el islam Theo van Gogh, de modo que el país vuelva a ser un modelo de convivencia de personas de todas las razas y religiones.

El asesino de Van Gogh, un joven islamista, es también de origen marroquí.

Las diferencias en el seno de la comunidad musulmana de Holanda no pueden estar así mejor simbolizadas: uno en la cárcel como criminal peligroso, el otro como un político elogiado al frente de la metrópolis económica del país.

Todos subrayan que Aboutaleb se enfrenta a tremendos desafíos, en vista de que hace sólo unos pocos meses parecía que Holanda iba en camino a una confrontación entre la mayoría y la minoría de marroquíes y turcos, que no llega al 3% de la población.

Con su film antiislámico Fitna, el jefe del ultraderechista Partido de la Libertad, Geert Wilders, echó más leña al fuego acerca de la forma de tratar a estos jóvenes holandeses de origen marroquí que buscan curar sus frustraciones en el odio religioso y que, a la vez, forman parte de pequeñas bandas criminales.

Aboutaleb ve una única solución, que encaja con su perfil personal de político del socialdemócrata Partido del Trabajo: la búsqueda de soluciones de consenso mediante el diálogo abierto y constante.

Debido a ello fue muy elogiado en los tiempos difíciles tras el asesinato de Van Gogh, cuando los diarios locales hablaban de una "Yihad en el Mar del Norte" y había ataques contra las mezquitas. Y lo recordó un compañero de partido: "Rotterdam puede sentirse feliz", aseguró Job Cohen, el alcalde judío de Amsterdam, capital cultural holandesa.

De momento, Aboutaleb, que aún es el secretario de Estado de Asuntos Sociales, encara con ilusión un reto para el que le apoya casi la mitad de los holandeses, ya que el 45% confía en su labor a partir de enero, según los sondeos.

En pleno revuelo por su nombramiento, el primer alcalde musulmán de Holanda no se olvidó de aludir a las peculiaridades de la ciudad portuaria de la que pasará a hacerse cargo, y es que "es una ciudad muy especial, con gente diversa y una gran historia".

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