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la violencia social asalta el reino unido La actuación policial de los primeros días siembra la controversia

Scotland Yard y Gobierno se echan en cara su pasividad ante los disturbios

  • La Policía británica defiende su actuación ante la crítica de políticos "que no estaban allí", en alusión al primer ministro y a la titular de Interior · Muere un hombre de 68 años apaleado por los delincuentes

Scotland Yard rebatió ayer con vehemencia las críticas del Ejecutivo británico a su gestión de la violencia callejera nada más estallar el conflicto, que hasta ahora ha causado más de 1.500 detenidos y cinco muertos.

La censura viene de personas que "no estaban allí", dijo el comisario en funciones de Scotland Yard, Tom Godwin, después de los disturbios más graves vividos en décadas en Londres y otras ciudades inglesas.

Sin citarlos, aludía al primer ministro británico, David Cameron, y a la titular de Interior, Theresa May, ausentes del Reino Unido por vacaciones hasta días después de que comenzasen los graves altercados en el barrio londinense de Tottenham, la noche del sábado.

Ambos políticos consideraron que la presencia policial fue escasa en los primeros días de disturbios y criticaron que los saqueos e incendios de edificios y vehículos no fuesen tratados como actos delictivos desde un comienzo.

Ante el malestar despertado entre los agentes, Cameron apuntó que siente "un gran respeto" por el cuerpo policial, si bien el jueves consideró equivocada la primera reacción de Scotland Yard cuando trató los disturbios de desórdenes públicos.

Con el papel de Scotland Yard en tela de juicio, el presidente de la Asociación de Agentes de la Policía (ACPO), Hugh Orde, rechazó con firmeza que las tácticas policiales se endurecieran gracias a la intervención de los políticos.

Orde aseguró que la decisión de adoptar un enfoque "más contundente" para restablecer la calma fue idea de la Policía y no del Gobierno, y recordó que tuvieron que enfrentarse "a una situación sin precedentes en unas circunstancias únicas".

Para el vicepresidente de la Federación de Policías, Simon Reed, "los comentarios de los políticos han sido un golpe bajo para los valientes agentes" que tuvieron que lidiar con una situación excepcional.

El jefe del Ejecutivo, que convocó de nuevo a su gabinete de crisis, subrayó ayer que políticos y policías trabajaron juntos para aplacar los altercados, pero reiteró que "claramente había una necesidad de hacer más en las calles" y de "cambiar las tácticas".

Tras visitar un parque de bomberos en Salford (Manchester), otro de los focos de conflicto, el líder tory consideró "correcto" que la Policía incrementara el número de agentes y adoptase una mayor contundencia.

En redadas efectuadas ayer en viviendas del centro de Londres, la Policía Metropolitana detuvo a dos adolescentes de 16 y 17 años, sospechosos de saquear tiendas de lujo del exclusivo barrio de Chelsea. Los agentes hallaron un teléfono móvil con imágenes de los saqueos en una joyería y una tienda de ropa, de la que se llevaron trajes del diseñador Hugo Boss por valor de 1.484 euros.

Cinco personas han fallecido hasta la fecha por la ola de violencia, la última de ellas un hombre de 68 años que sufrió este lunes heridas graves y murió en la noche del jueves. Un joven de 22 años está siendo investigado por asesinato. El hombre, Richard Mannington Bowes, fue atacado por un grupo de jóvenes mientras trataba de sofocar un incendio provocado en Ealing y sufrió graves heridas en la cabeza que lo dejaron en coma.

Las otras víctimas fueron un hombre de 26 años que murió en un coche por heridas de bala en el barrio londinense de Croydon y tres musulmanes atropellados en Birmingham (centro de Inglaterra) cuando protegían el vecindario.

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