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Tailandia, un año de ley marcial

  • El líder del golpe de Estado se compromete a convocar elecciones en un año. Australia revisa sus relaciones con Bangkok y aprueba sanciones por el levantamiento militar.

El líder de la junta militar de Tailandia, el general Prayuth Chan Ocha, ha hecho un llamamiento a los manifestantes del país para que no salgan a las calles y se ha comprometido a dejar el poder en un año, dentro del cual convocará elecciones. "Cuando nuestras tareas hayan acabado volveremos a nuestros deberes normales como soldados. Vigilaremos al país desde allí", aseguró Prayuth durante un discurso televisado en el que dio a conocer su plan para la "reconciliación y reformas", después del que convocará elecciones.Sin embargo, el mandatario hizo hincapié en que estos objetivos sólo podrán ser alcanzados si en el país hay paz y estabilidad. "Todo el plan que he explicado no tendrá éxito si todas las partes no dejan de manifestarse políticamente", subrayó.

La sociedad tailandesa se ha polarizado entre los simpatizantes de la derrocada primera ministra Yingluck Shinawatra y su hermano Thaksin y sus detractores, que ven a estos ex mandatarios como una amenaza del viejo orden. Prayuth justificó las medidas represivas que se han sucedido al golpe de Estado, entre las que se incluyen la detención de unas 250 personas, la censura de los medios de comunicación y la prohibición de las reuniones.

"No podemos seguir luchando unos entre otros sólo porque pensemos diferente", afirmó Prayuth, que hizo hincapié en que "cada parte debe encontrar la forma de cooperar".

Pese a la ley marcial y las prohibiciones instauradas por el Ejército, pequeños grupos de manifestantes todavía recorren las calles diariamente en Bangkok, donde no ha habido sucesos violentos de gravedad. El general esbozó un plan de Gobierno que culminaría en la celebración de elecciones y que estaría dividido en tres fases. La primera está centrada en la reconciliación nacional, que llevaría tres meses. En la segunda fase la junta militar tiene previsto redactar una constitución temporal, después de lo que se elegiría un primer ministro interino y un gabinete provisional. Posteriormente se celebrarían unas elecciones generales.

Durante su discurso Prayuth también hizo referencia a los "amigos internacionales" de Tailandia, a los que ha pedido "paciencia". "Entendemos que estamos viviendo en un mundo democrático. Todo lo que pedimos es que nos den tiempo para hacer reformas", afirmó.

Por su parte, el Gobierno australiano revisó ayer sus relaciones con Tailandia debido al golpe militar. Mientras que Estados Unidos y otros gobiernos extranjeros han condenado el golpe y han hecho un llamamiento para una vuelta rápida a la democracia, Australia informó de que ha pospuesto tres actividades con el Ejército tailandés y la posible prohibición de viaje a los líderes golpistas. "Debido a nuestras graves preocupaciones Australia reduce su relación con el Ejército tailandés y reducirá el nivel de interacción con su líder", explicó la ministra de Exteriores, Julie Bishop y el de Defensa, David Johnston, en un comunicado conjunto.

El líder golpista, el general Prayuth Chan Ocha aseguró el viernes que el país no celebraría elecciones hasta dentro de un año, argumentando que antes se deberían implementar una serie de reformas en el país que llevasen a la paz y estabilidad.

"El Gobierno australiano continúa haciendo un llamamiento al ejército para que establezca una hoja de ruta que lleve a la vuelta a la democracia y el Estado de Derecho tan pronto como sea posible", indicaron los ministros.

Además, el Gobierno australiano ha exigido a la junta militar que deje de realizar "detenciones arbitrarias" y deje en libertad a todos los tailandeses detenidos "por motivos políticos", además de instar a respetar los Derechos Humanos y las libertades fundamentales.

La relación entre los ejércitos australiano y tailandés se remonta a 1945 y ambos países han participado en programas de cooperación que incluyen entrenamientos militares individuales y marítimos, además de ejercicios en tierra y aire.

Por ello, el Ejecutivo australiano dijo que espera "normalizar" su relación con Tailandia "tan pronto como sea posible", aunque ha hecho hincapié en que podría "continuar revisando" otras actividades bilaterales si la situación militar persiste.

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