La revolución triunfa en egipto La familia del ex presidente no podrá permanecer en el país

En busca del exilio dorado

  • El hijo menor de Mubarak, que estaba destinado a sucederle, deberá elegir el sitio en el que se refugiará los próximos años, donde vivirá sin problemas económicos

¿Dónde irá la familia de Hosni Mubarak después de que el faraón haya dejado el poder? Algunos de los más cercanos familiares de los anteriores presidentes egipcios Anuar el Sadat y Gamal Abdel Nasser siguen, por ejemplo, viviendo en Egipto. Ninguno de los dos, sin embargo, fue derrocado por el pueblo.

A los predecesores de Mubarak fue la muerte la que los separó del poder. Sus familiares gozaban del respeto del pueblo egipcio. Así era como Mubarak, de 82 años, y su familia se imaginaban posiblemente el futuro. Pero el viejo patriarca y su mujer Suzanne, 13 años más joven, calcularon mal. Y ahora se ven en la tesitura de tener que hacer planes para el futuro más inmediato.

Los bienes de la familia, entre los que se encuentran viviendas en Londres y Estados Unidos, garantizarán en cualquier caso que, al menos en lo material, a los Mubarak no les faltará de nada. La familia tiene una estrecha relación con el Reino Unido, pues Suzanne es hija de una enfermera británica y un médico egipcio.

Nadie creyó en 1981 que el entonces débil vicepresidente Hosni Mubarak, catapultado por sorpresa al poder tras el atentado contra el presidente Anuar el Sadat, se quedaría más de 30 años en el poder. Pero Mubarak desarrolló rápidamente un buen instinto político y su cercanía con el pueblo le ayudó a ganarse el favor de los ciudadanos de a pie.

Al contrario que su mujer, con madre británica y de una clase social más alta, Mubarak hablaba el lenguaje de los ciudadanos. A sus hijos Alaa y Gamal, que han pasado la mayor parte de sus vidas rodeados de lujo y aislados de la realidad tras altos muros, les falta ese talento. Sobre todo a Gamal, que estaba siendo preparado para suceder a su padre, al parecer por deseo de su madre, y que es considerado un hombre muy estirado.

Su hijo mayor, Alaa, es un hombre de negocios retirado de la vida pública. Como su padre, al que se parece físicamente, tiene dos hijos. Mohamed, el mayor, murió en mayo de 2009 de una enfermedad desconocida en una clínica en París.

La muerte del niño no supuso un duro golpe solamente para Alaa y su mujer. En círculos del palacio presidencial se decía que también su abuelo sufrió muchísimo por la pérdida de su nieto favorito. El entonces presidente anuló numerosas citas políticas de considerable importancia para guardar luto por su nieto.

Gamal Mubarak, que inició su carrera como banquero de inversión en Londres y El Cairo, fue durante 20 años uno de los solteros egipcios más codiciados. Sin embargo, parecía no interesarse por las mujeres y se concentró totalmente en la liberalización de la economía semisocialista del Estado, de 80 millones de habitantes. A la cúpula empresarial le gustaba Gamal, pero para los pobres, islamistas y políticos de izquierda, era un símbolo de la frialdad social creciente.

En los últimos años también se especuló mucho sobre las empresas egipcias en las que participaba la familia Mubarak.

Muchos egipcios nacionalistas orgullosos de su tradición republicana también se negaban por principio a que el hijo de un presidente aspirara al más alto puesto del Estado. Representantes de grupos opositores que no tenían mucho en común se unieron en los últimos años bajo el eslogan "No a la sucesión hereditaria".

Hace cuatro años, el eterno soltero Gamal, hoy de 47 años, se casó con Chadiya al Gamal, la hija de un magnate de la construcción y 20 años más joven. Le gusta llevar tacones altos y mucho maquillaje, al contrario que su suegra, de aspecto más bien aristocrático. Su hija Farida nació en Londres.

En las fotos de familia, Suzanne Mubarak, considerada una intelectual y amante del arte, sonríe siempre con moderación y altanería. Recibió numerosas distinciones internacionales en reconocimiento de su compromiso en los sectores de la educación y la cultura. Sin embargo, no pudo parar la caída en picado del nivel de las escuelas y universidades estatales.

Y el estancamiento de la era Mubarak será sentido a largo plazo en el futuro de Egipto, independientemente de que los miembros de la familia Mubarak, que reunió miles de millones de dólares aprovechando su posición de poder, terminen sus vidas en el barrio cairota de Heliópolis, en su casa en Sharm el Sheij, en Londres, Alemania o EEUU.

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