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El candidato al Kremlin ofrece a Putin la jefatura del Gobierno

  • El delfín del actual presidente y aspirante a sucederle, Dimitri Medvedev, justifica su propuesta en el objetivo de garantizar la continuidad de sus políticas

El viceprimer ministro ruso Dimitri Medvedev, candidato del oficialismo para las presidenciales del 2 de marzo de 2008, propuso ayer que el actual jefe del Estado, Vladimir Putin, siga después al frente del Gobierno a fin de garantizar la continuidad de sus políticas.

"Considero de suma importancia para el país conservar en un cargo importantísimo del poder Ejecutivo, en el cargo de presidente del Gobierno de la Federación Rusa, a Vladimir Vladimirovich Putin", dijo Medvedev en una intervención por la televisión estatal.

El candidato del oficialismo aseguró que su propuesta se basa en la necesidad de "continuar el rumbo político que se estableció a fines de los años 90" y que, en su opinión, ha permitido, entre otros logros, "disminuir la pobreza", "crear una seguridad social moderna" y "fortalecer el papel de Rusia en la vida internacional". "Estas tareas serán de actualidad todavía durante un decenio", añadió Medvedev, quien recalcó que "para avanzar por esa vía no basta elegir a un nuevo presidente que comparta esa ideología, pues no es menos importante conservar el equipo formado por el actual presidente". El servicio de prensa del Kremlin contestó con un lacónico "sin comentarios" a la pregunta de cuál había sido la reacción en la Presidencia a la propuesta de Medvedev.

Sin embargo, a comienzos de octubre, cuando en el congreso del partido oficialista Rusia Unida (RU) le propusieron a Putin encabezar el Gobierno al término del segundo mandato consecutivo que le permite la Constitución, el jefe del Kremlin calificó de "totalmente realista" la sugerencia lanzada. "Encabezar el Gobierno es una propuesta totalmente realista, pero aún es prematuro pensar en ello, pues primero se deben cumplir como mínimo dos condiciones", dijo entonces Putin.

Explicó a sus partidarios que, primero, Rusia Unida debía ganar las elecciones parlamentarias y, segundo, "como presidente del país debía ser elegido un hombre capaz, honesto, moderno, con el cual se pueda trabajar en pareja".

Una de las condiciones planteadas por Putin ya se cumplió: RU obtuvo 315 de los 450 escaños de la Duma del Estado, la Cámara de Diputados. Para ver hecha realidad la segunda condición habrá que esperar al 2 de marzo, pero en cualquier caso salta a la vista que, para Putin, Medvedev cumple con todos los requisitos necesarios para convertirse en el próximo presidente de Rusia.

La propuesta de Medvedev de que Putin asuma la jefatura del Gobierno al término de su mandato presidencial suscitó la subida de los principales índices bursátiles y recibió la bendición de la Iglesia ortodoxa, el Consejo de Muftíes y del Gran Rabino de Rusia.

"Se ha producido lo que predijo la mayoría de los expertos", declaró el líder del partido liberal opositor Unión de Fuerzas de Derecha (UFD), Nikita Belij.

En opinión del dirigente opositor, "el esquema de Medvedev, presidente, y Putin, primer ministro, responde a las expectativas de que dentro de algún tiempo Medvedev dimitirá, lo que permitirá a Putin volver a instalarse en el sillón presidencial". Según la Constitución rusa, en caso de renuncia o incapacidad del jefe del Estado sus funciones serán asumidas provisionalmente por el primer ministro.

Sin embargo, algunos comentaristas han visto en la declaración del candidato presidencial del oficialismo más un propósito electoralista que un mecanismo para garantizar que Putin mantenga el poder a pesar de que deje, aunque sea temporalmente, la jefatura del Estado. Como ocurrió en las pasadas elecciones parlamentarias, en las que Putin fue cabeza de lista de Rusia Unida, las presidenciales de marzo también se convertirán en un referéndum sobre la gestión del actual jefe de Estado que transcurrirá con el eslogan de Por Medvedev, por Putin.

Tampoco puede descartarse que la oferta de la jefatura del Gobierno a Putin sea un especie de seguro contra los sectores duros del entorno del actual presidente ruso, descontentos con el nombramiento de Medvedev como candidato del oficialismo. En cualquier caso, y en esto coinciden oficialistas y opositores, la iniciativa de Medvedev fue concordada previamente con el jefe del Kremlin.

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