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Las exigencias de Hamas e Israel frustran lo que parecía un alto el fuego inminente

  • El grupo terrorista acepta el plan egipcio pero lo supedita, entre otras condiciones, a que quede bajo supervisión turca y a una tregua de tres días · Olmert se niega a dar tiempo al enemigo "para rearmarse"

Fue una esperanza durante buena parte del día, pero al final las exigencias de las dos partes en conflicto frustraron, al menos hasta última hora de ayer, la posibilidad de detener la sangría en la Franja de Gaza. El Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas) confirmó a media tarde que había comunicado a Egipto su opinión sobre la propuesta de alto el fuego presentada por su presidente, Hosni Mubarak, pero sin precisar si la aceptaba o no. Unas horas antes, el ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, de visita en la zona, se había adelantado a los acontecimientos al anunciar que el grupo radical había dado el sí, algo que tuvo que rebajar más tarde a un simple "está cerca de hacerlo".

"El movimiento ha presentado una opinión detallada a los dirigentes egipcios. No hay desacuerdos con ellos", reveló Hamas. Sin embargo, bajo esa frase no había una respuesta positiva. El grupo radical dejaba claro que la clave son las diferencias sobre "cómo enfrentarse al enemigo sionista [Israel] a través de las cláusulas de esta iniciativa". Su portavoz en Damasco, Ami Barake, confirmó que su organización acepta el plan para poner fin a las hostilidades siempre y cuando Turquía sea el garante y en lugar de tropas internacionales haya observadores para supervisar su cumplimiento.

Del resto de condiciones, destacan una tregua humanitaria de tres días, la retirada de las tropas israelíes de toda la Franja en 48 horas y una nueva tregua de un año de duración.

La posibilidad de que las armas callaran ayer comenzaron a desvanecerse tras replicar el Gobierno de Tel Aviv que no aceptará un alto el fuego temporal en la Franja de Gaza si Hamas puede utilizarlo para rearmarse. "Israel no aceptará una situación en la que Hamas tenga un periodo de calma sólo para rearmarse y reagruparse y que termine con un regreso al lanzamiento de cohetes palestinos", sentenció Mark Regev, portavoz del primer ministro Ehud Olmert. "Israel quiere una calma duradera que suponga una total ausencia del fuego hostil y un mecanismo de trabajo para prevenir el rearme de Hamas", añadió Regev.

Mientras se juega sobre el tablero de la diplomacia, la cifra de víctimas mortales superó ayer el listón psicológico de las mil personas (al menos 1.033) en los 19 días que dura el conflicto. De esa cifra, un 40% serían civiles, incluyendo 300 niños, según confirmó Unicef. Además, otros 4.600 palestinos han resultado heridos y más de 80.000 se encuentran desplazados huyendo de los bombardeos.

Y es que la guerra continúa su curso en la Franja. Israel intensificó ayer sus ataques aéreos cerca del paso de Sufa, próximo a Rafah. Los misiles también cayeron sobre la periferia de Gaza capital y barrios como el de Tal Al-Hawa. Por contra, además de los cohetes de Hamas, el territorio israelí recibió el impacto de al menos otros tres lanzados desde el sur del Líbano.

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