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Las fronteras del Mediterráneo

  • El antiguo 'Mare Nostrum' es un continente líquido con fronteras sólidas del que han querido hacer una frontera cuando debe ser punto de encuentro entre África y Europa

Hace unos días volvíamos a saber del fallecimiento de inmigrantes que intentaban llegar a Europa por otra de las vías abiertas en el Mediterráneo. Al menos 24 personas habían muerto, según la agencia Dogan, en el hundimiento de una embarcación que transportaba a inmigrantes indocumentados y que se hundió frente a la costa turca del mar Egeo.

Y es que el acceso por Turquía es uno de los nuevos pasos abierto de la inmigración internacional hacia la premio Nobel de la Paz, Unión Europea, y aunque los países del sur hayan emitido un mensaje de crisis económica, éste no ha frenado un flujo natural.

Grecia vive estos últimos años las consecuencias de una crisis devastadora que ha acabado con la estabilidad de un país perteneciente al euro. Los helenos comparten gran parte de su frontera con su enemigo histórico, Turquía, que es por donde pasan los flujos migratorios de los países asiáticos y de Oriente Próximo.

La UE, ante lo que ellos consideran presión migratoria, construyó una valla de 10,3 km de longitud, 4 metros de alto y coronada por alambre de espino, que está ubicada al noreste de Grecia. Esto ha provocado que muchos optasen por rutas más peligrosas, como el mar Egeo o cruzar el río Evros.

Miles de personas han usado este paso entre Turquía y Grecia para llegar a la UE en los últimos años, y es más, la mayoría de las solicitudes de asilo político registradas en Europa provenían de Siria, de personas que llegaron a través de Turquía huyendo del conflicto.

Pero estas víctimas son un claro ejemplo del absurdo muro que ha impuesto la UE en el Mediterráneo a través del Frontex, seguir frenando la inmigración a costa de talonarios a regímenes poco democráticos no ha servido para reducir el flujo migratorio.

Es más, Acnur estima que unos 8.400 inmigrantes y solicitantes de asilo llegaron a las costas de Italia y Malta en los primeros seis meses de 2013. La mayoría llegaron a Italia (7.800 personas) mientras que Malta recibió a unos 600.

Las personas que hicieron este trayecto partieron principalmente del norte de África, sobre todo de Libia (unas 6.700 personas). Otras 1.700 cruzaron desde Grecia y Turquía y llegaron al sur de Italia, a las regiones de Apulia y Calabria.

Son datos que contradicen a la realidad y cuya práctica generalizada ha creado un ambiente de criminalización hacia unas personas que sólo emprenden un viaje en busca de una estabilidad y mejorar sus vidas, algo que en sus países de origen no tienen, principalmente por la complicidad de la Unión Europea.

El Mediterráneo es una de las rutas marítimas más transitadas del mundo, pero también es una peligrosa frontera para los inmigrantes y solicitantes de asilo en su ruta hacia el sur de Europa.

El mar Mediterráneo es un continente líquido con fronteras sólidas, y es que el Mare Nostrum (Mar nuestro) lo han querido usar de frontera cuando en realidad es una fuente de acercamiento entre dos puntos que son África y Europa.

España, Italia o Grecia tienen ahora que poner fin una crisis que le cuesta la vida a miles de personas en el mar, a veces confusos por una vida de lujo que no llega y que en muchos lugares no existe, sobre todo en el sur.

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