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El impacto de tres cohetes estremece el norte de Israel

  • El Gobierno libanés condena el lanzamiento y asegura que están buscando a los autores

El miedo prendió en el norte de Israel tras impactar ayer en la región los tres primeros cohetes lanzados desde el vecino Líbano, en represalia por la ofensiva del Estado judío en la Franja palestina de Gaza.

Dos de los proyectiles cayeron a primera hora de la mañana en la localidad de Nahariya, de veinte mil habitantes, a orillas del Mediterráneo, la más cercana al extremo occidental de la frontera y donde al filo del mediodía el temor se transformó en pánico.

Después de atronar en el núcleo urbano las sirenas, la poca gente que había en la calle corrió a los refugios, los automovilistas aparcaron deprisa o frenaron en seco y, durante un minuto que pareció eterno, Nahariya se convirtió en una ciudad fantasma.

"Estábamos preparados, pero la gente tiene miedo", reconoció en declaraciones el jefe de la Policía local, general de brigada Menahem Hevar, que precisó que los impactos no causaron heridos pero que seis personas fueron atendidas de crisis nerviosas.

El oficial aseguró cuatro horas después de los ataques que "todo está bajo control" en la ciudad de la que es el máximo responsable policial y que cuenta con una importante comunidad árabe.

La ciudad de Nahariya fue incluida en el Estado palestino que debió proclamarse junto al judío en 1948 según la partición original del Protectorado Británico de Palestina, pero ese mismo año cayó en manos de Israel en la llamada Guerra de la Independencia.

Y más de seis décadas después, la comunidad árabe de la ciudad coexiste con la judía, aunque ambas se miran de reojo.

"Lo esperábamos; no somos idiotas", dijo el judío Shazar Gleiser, empleado en un restaurante, de origen chileno por parte de padre y que recordó que "aquí, una cerilla basta para un incendio".

Su compañero, el cocinero Hitadem Mata, árabe de nacionalidad israelí, apuntaba que "más que por mí, tengo miedo por mi familia".

El jubilado Eli Akiba afirmó que el ataque demuestra que "la paz esta lejos; hay mucho odio, nadie nos quiere aquí", antes de añadir que "soy de izquierdas y eso me permite decir la verdad".

El tercer cohete cayó en la población en Sholi, al este de Nahariya, aunque tampoco provocó heridos. Son los primeros ataques que se registran en un año desde el sur libanés contra el norte del país israelí.

Los proyectiles eran Katyushas de 122 milímetros, como los que en la guerra de 2006 empleó Hezbolá para castigar a la región, y en un primer momento los medios especularon con la posibilidad de que hubieran sido disparados por la milicia chií libanesa.

Pero tras responder con fuego de artillería contra el territorio libanés desde el que se produjeron los disparos, el Ejército israelí los atribuyó a grupos palestinos que operan en el país limítrofe.

Según dijo un portavoz militar en Jerusalén, los autores de los lanzamientos habrían sido "elementos palestinos que están interesados en arrastrar al Líbano a la guerra con Israel".

El portavoz militar advirtió, no obstante, que el Ejército de Israel considera al Gobierno del Líbano y a su Ejército "responsables de impedir el fuego contra el territorio israelí".

Y advirtió de que está "totalmente preparado" para "cualquier desarrollo que se pueda producir" en una región que corre el peligro de convertirse en el frente septentrional de la guerra que Israel lanzó hace trece días en su flanco meridional, Gaza.

Por su parte, el primer ministro del Líbano, Fuad Siniora, condenó el lanzamiento de cohetes desde su país y aseguró que su Gobierno está tratando de determinar quién es el responsable.

"Lo que sucedió en el sur del Líbano es una violación de la resolución 1.701 y el Líbano lo rechaza", dijo Siniora, haciendo referencia a la resolución de la ONU que puso fin al conflicto entre Israel y la milicia de Hezbolá en 2006.

Mientras tanto, el ministro de Relaciones Exteriores de Líbano, Fawzi Saluj, también condenó el lanzamiento de cohetes desde territorio libanés y afirmó que quienes están cometiendo esas acciones tratan de tender una trampa su país y tal vez respondan a intereses extranjeros.

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