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Los islamistas egipcios insisten en seguir acampados pese a las amenazas del Gobierno

  • Los partidarios de Mursi se concentraron para protestar contra el Ejército y oraron juntos con motivo de la fiesta que marca el fin del Ramadán.

Miles de islamistas egipcios celebraron ayer el fin del mes sagrado de Ramadán manteniendo sus acampadas con las que exigen la vuelta del depuesto presidente, el también islamista Mohamed Mursi, pese a la renovada amenaza del Gobierno de desalojarles.

En las plazas cairotas de Rabea al Adauiya y Al Nahda, los partidarios de Mursi se concentraron para protestar contra el Ejército y oraron juntos con motivo del Eid al Fitr, la fiesta que marca el fin del Ramadán.

La esposa del depuesto mandatario, Nagla Mahmud, apareció al amanecer en Rabea al Adauiya, feudo de los islamistas en el este de la capital egipcia, para rezar con los asistentes.

El ambiente era festivo en la plaza de Al Nahda, donde los islamistas han reforzado las medidas de seguridad con sacos de arena y muros de piedra, después de que el miércoles las autoridades egipcias pidieran el fin de las acampadas y dieran por concluidos los esfuerzos diplomáticos para resolver la crisis política.

Junto a montañas de neumáticos y de piedras, numerosos niños celebraron la festividad musulmana -que se prolongará hasta el domingo- con guirnaldas, globos y juegos como camas elásticas y mesas de ping pong.

La egipcia Dara Ismail, procedente de la provincia de Menufiya (en el delta del río Nilo) e integrante de los Hermanos Musulmanes, señaló en declaraciones que la jornada es una nueva ocasión para seguir defendiendo su voto y un Gobierno civil elegido por el pueblo.

El profesor universitario Mohamed Ali, que lleva acampado más de un mes en una de las plazas, también se expresó contra el golpe militar que el pasado 3 de julio derrocó a Mursi tras masivas protestas que pedían comicios anticipados.

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