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La muerte de tres asiáticos que vigilaban su calle en Birmingham echa leña al fuego

  • Más de 800 detenidos y 16.000 policías desplegados en las calles de Londres

Un total de 805 personas han sido detenidas en Londres a causa de la ola de violencia callejera y saqueos iniciada el sábado pasado en el barrio de Tottenham, que se ha extendido a varias ciudades inglesas y que ayer se cobró la vida de tres asiáticos musulmanes que intentaban "proteger la propiedad" privada en su barrio de Birmingham, según relataron testigos presenciales a Efe.

Las víctimas, de 20, 30 y 31 años, perdieron la vida al ser atropellados por un vehículo en la zona de Winson Green, en esa ciudad del centro de Inglaterra, a última hora de la noche del pasado martes.

Las tres víctimas intentaban proteger su barrio de actos de vandalismo y saqueos, en la ola de violencia que desde hace cuatro días azota al Reino Unido.

Tariq Jahan, padre de una de las víctimas mortales, un mecánico llamado Haroon Jahan, dijo que su hijo "intentaba proteger a la comunidad" cuando perdió la vida ,y afirmó que grupos de personas atacaron una gasolinera esa misma noche. "No tiene ningún sentido que la gente se comporte de esta manera y se lleven por delante las vidas de personas inocentes", dijo Jahan a la televisión británica.

Según otros testigos, las tres víctimas mortales, dos de ellos hermanos, formaban parte de un grupo más amplio de vecinos que intentaba esa noche evitar que las tiendas de su barrio fueran saqueadas.

Mohammed Shakiel, un carpintero de 34 años que se encontraba en el lugar de los hechos, subrayó que esos hombres "dieron sus vidas por los demás".

El canal Sky News indicó que se palpaba en ese área la tensión entre las comunidades afrocaribeña y asiática.

La noche del jueves también fue perturbadora en Manchester, que experimentó "niveles de violencia y delincuencia sin precedentes" en sus calles que llevaron a 113 detenciones, según datos de la policía, que informó de que algunos de los causantes eran jóvenes de 15 años.

En el área de Manchester, donde se incluye el suburbio de Salford, se incendiaron vehículos y comercios, que fueron saqueados por grupos de alborotadores, la mayoría adolescentes encapuchados. Entre los puntos que fueron blanco de acciones vandálicas destaca la ciudad de Liverpool, al norte de Inglaterra, donde hubo 50 detenciones, y la zona de West Midlands, con 163 detenidos, 109 de ellos en Birmingham.

La virulencia de esos actos contrastó con una calma relativa y generalizada en las calles de Londres durante la pasada noche, donde un despliegue de 16.000 agentes logró mantener bajo control a la capital.

La calma de la madrugada del martes al miércoles contrastó con la noche del lunes, cuando en el barrio de Croydon, al sur de Londres, un hombre de 26 años resultó herido de bala y falleció el martes, convirtiéndose en la primera víctima mortal de los disturbios.

Un total de 805 personas han sido detenidas en la capital británica, informó ayer Scotland Yard.

La Policía Metropolitana indicó que 251 de los arrestados ya han sido acusados formalmente.

La ministra británica de Interior, Theresa May, ha ordenado la suspensión de los permisos de todos los agentes para hacer frente a los desórdenes públicos.

La Policía británica tendría que hacerse cargo de las cuantiosas indemnizaciones que generarán los actos vandálicos extendidos en los últimos días por diversas ciudades inglesas, que superarán con creces los 100 millones de libras, en virtud de una ley de hace 125 años.

La norma de 1886 Riots Damages Act (ley de daños por disturbios) especifica que las autoridades policiales deben compensar a las víctimas de los destrozos ocasionados por personas "reunidas de manera tumultuosa" que causen altercados.

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