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El número de soldados muertos en Afganistán es ya el mayor desde 2001

  • La OTAN lo atribuye al incremento de efectivos y a que "ahora realizamos operaciones en sitios donde antes no pisábamos" · Al menos 221 militares han fallecido en los nueve primeros meses del año

Tras solamente nueve meses, el año 2008 ya registra el mayor número de bajas en las filas de las fuerzas internacionales en Afganistán desde la caída del régimen talibán a finales de 2001.

Por lo menos 221 soldados extranjeros, en su mayoría estadounidenses, han muerto en Afganistán desde principios de 2008, según un recuento efectuado por la AFP a partir de comunicados militares.

La mayor parte fueron víctimas de artefactos explosivos al paso de sus vehículos, como fue el caso de las últimas bajas, tres miembros de la coalición internacional muertos el lunes en la explosión de una bomba junto a su patrulla en el sur del país, bastión de los talibanes.

Más soldados han muerto en sólo nueve meses de 2008 que en todo el año 2007 (219 muertos). El mes de junio -con 49 muertos, el balance mensual más elevado desde 2001- y el de agosto -con 45 muertos- fueron particularmente sangrientos.

En la guerra de Afganistán, el verano marca tradicional el inicio de las grandes operaciones, tanto para las fuerzas de seguridad afganas y las tropas internacionales como para los insurgentes islamistas.

El aumento de las bajas se explica también por el incremento del número y de la actividad de los soldados extranjeros, según el general canadiense Richard Blanchette, portavoz de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) de la OTAN.

En enero de 2007, la ISAF contaba con 37.000 soldados, mientras que en enero de 2008 eran cerca de 50.000.

"Tenemos más tropas que nunca y vamos a lugares a los que nunca habíamos ido anteriormente, para obligar al enemigo a moverse. Desgraciadamente, en algunos casos, esto se traduce en bajas de nuestra parte. Pero los insurgentes sufrieron gran cantidad de víctimas mortales", explicó. A pesar de recientes ataques muy espectaculares, como la emboscada que costó la vida a diez soldados franceses el 18 de agosto pasado a unos 60 km de Kabul, el general Blanchette considera que los islamistas también cambiaron de estrategia.

"Hay menos ataques organizados y se observa un retorno a la utilización de bombas de fabricación casera, en una proporción de 50% más en 2008 que en 2007", afirma, precisando que la población afgana es la primera víctima de estas bombas. "Hemos calculado que siete civiles mueren por cada soldado muerto por las bombas de fabricación casera que ponen los insurgentes", afirmó.

El general señala asimismo en dirección de Pakistán. "La inestabilidad y la permeabilidad de la frontera no mejora, al contrario. Existen santuarios cada vez más importantes, que no sólo sirven a la planificación y al abastecimiento sino también al reclutamiento", afirmó.

Con el aumento de las bajas en las filas extranjeras, Afganistán está superando a Iraq como el más peligroso campo de batalla en la "guerra contra el terrorismo". "Los estadounidenses, a pesar de su tecnología avanzada, han sido incapaces de prever su derrota pero con la ayuda de Dios, ahora reciben cada día los cadáveres de sus soldados y sufren importantes pérdidas humanas y financieras", afirmó el jefe supremo de los talibanes, el mulá Mohammad Omar, en un comunicado divulgado el martes.

Desde el mes de mayo, más soldados extranjeros han muerto en Afganistán que en Iraq, pese a que el contingente internacional desplegado en Afganistán representa menos de la mitad del de Iraq.

En total, cerca de 70.000 soldados extranjeros están desplegados en Afganistán. De ellos, 48.000 pertenecen a la ISAF, que incluye soldados de 40 países, y el resto de las tropas forma parte de una coalición bajo mando directo estadounidense.

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