El oficialismo guatemalteco inició ayer una batalla jurídica después de que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) rechazase por fraudulenta la candidatura presidencial de la ex primera dama Sandra Torres, dejándolo sin candidato a 70 días de los comicios.
La frustrada aspirante de la gobernante Unidad Nacional de la Esperanza (UNE, socialdemócrata) se divorció del presidente Álvaro Colom en abril para poder optar a las elecciones presidenciales del 11 de septiembre, algo que la Constitución prohíbe a los familiares directos de los jefes de Estado.
"El fraude de ley, por el divorcio que se llevó a cabo, en el presente caso está plenamente consumado, ya que la intención del mismo fue evadir la prohibición constitucional relacionada, con el agravante de que la ley que se trata de burlar es la propia Constitución", falló el TSE el miércoles.
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