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Unión europea División en el seno de la derecha comunitaria

¿Un rival 'amenaza' a Barroso?

  • El primer ministro francés, François Fillon, se habría propuesto como "segunda opción" para presidir la Comisión Europea

Los teletipos emitían ayer una noticia inesperada en Bruselas: el primer ministro francés, François Fillon, se habría propuesto como "segunda opción" a presidir la Comisión Europea en caso de que José Manuel Durao Barroso no logre la mayoría que necesita en el Parlamento Europeo.

La información, que publicaba el vespertino de izquierdas galo Le Monde, cayó como una bomba guiada por láser en el cuartel general del político conservador portugués en Bruselas, precisamente ayer, cuando Barroso iniciaba su ronda de sondeos con las principales agrupaciones políticas de la Eurocámara para recabar apoyos, imprescindibles si quiere repetir por otros cinco años en el cargo.

La sensación de que en el seno de una parte de la derecha europea algo se mueve en su contra, al estilo de un caballo de Troya cargado de veneno, parece difícil de evitar. "François Fillon baraja la hipótesis de un fracaso de Barroso", afirmaba un ministro del Gobierno francés al diario parisino.

Aunque los jefes de Estado y Gobierno de los 27 -incluidos los socialistas- respaldaron formalmente a Barroso en la cumbre de Bruselas de junio, socialistas (segunda fuerza en Estrasburgo, tras el Partido Popular Europeo), verdes y liberales (los terceros en importancia) no tienen claros sus apoyos.

Y aunque el propio Fillon ha dicho en público que apoya "sin reservas" a Barroso, alguna garganta profunda del Gobierno galo parece haber filtrado, según Le Monde, cuál podría ser el sentimiento real entre bastidores del poder.

No queda claro si la voluntad europeísta supuestamente expresada por Fillon obedece a un sentimiento real o se trata de una "intoxicación informativa" enmarcada en las tensas relaciones entre Fillon y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, después de que éste desautorizase recientemente a su primer ministro en relación a una nueva tasa sobre las emisiones de carbono.

Según fuentes de Bruselas, existen muchas posibilidades de que Barroso obtenga los apoyos que necesita, más de un 80% (y tampoco es muy probable que Fillon abandone el Gobierno galo). Sin embargo, resulta más que significativa la presunta "disponibilidad" repentina de Fillon a "sacrificarse" para presidir la Comisión Europea si fracasa Barroso.

Y es que cuando se habla de Comisión Europea, al igual que en temas de gastronomía, los franceses han considerado -casi- siempre al Ejecutivo de Bruselas como uno de sus baluartes, casi en propiedad. No obstante, Fillon no es precisamente el célebre chef Paul Bocuse, ni tan siquiera Robert Schuman (1886-1963) o Jean Monet (1888-1979), padres (franceses) de la Europa unida.

Su "salto a la palestra" supondría, no obstante, una primicia. Hasta ayer, nadie desde las filas de la derecha, a la que pertenece Barroso, se había atrevido a admitir en público que el ex primer ministro luso no las tiene todas consigo para ser reelegido. Y, sobre todo, hasta la fecha no había circulado ningún nombre alternativo.

Según Le Monde, la candidatura virtual de Fillon podría sembrar dudas y eventuales divisiones esta semana entre los diputados populares a la hora de decantar sus apoyos.

Mientras tanto, Barroso ha vuelto a reiterar la necesidad de que se vote cuanto antes (su candidatura) al frente de la nave comunitaria, en una entrevista publicada ayer por el periódico danés Politiken. "Se trata de despejar cuanto antes la incertidumbre para que la UE pueda actuar con el peso necesario en el mundo. O trabajamos juntos o seremos (la UE) insignificantes", insistió.

La polémica está servida. Precisamente ayer, Barroso se entrevistó con la cúpula de los conservadores británicos tories en la Eurocámara, quienes le pidieron que no acepte un hipotético acuerdo con los socialistas y socialdemócratas para renovar en el cargo.

En ese sentido, el jefe de filas de los tories en Bruselas, Michael Kaminski, pidió a Barroso que se esfuerce por aglutinar una alianza de centroderecha que "margine a los socialistas".

Pero el hábil Barroso pisa en las complejas arenas movedizas de Bruselas con pies de plomo. Uno de sus portavoces aseguraba que, en principio, el portugués no piensa excluir a nadie. "Barroso busca el mayor apoyo posible", según fuentes de la Comisión. "El presidente no tiene intención de excluir a nadie", agregó.

El momento más álgido para el portugués se producirá mañana, cuando le toque medir los apoyos de socialistas y verdes de la Eurocámara, de cara a la votación para un segundo mandato, que se podría producir el 16 de septiembre.

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