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Los socialdemócratas alemanes renuevan hoy la cúpula del partido

  • El SPD afronta su crisis interna con la designación del futuro candidato a la Cancillería · El problema es que La Izquierda es cada vez más una alternativa

Los socialdemócratas alemanes renuevan hoy una vez más su cúpula y designan al candidato a la Cancillería para las próximas elecciones, en un nuevo intento de recuperarse de una crisis en la que llevan inmersos desde hace años.

La apuesta es arriesgada, pues ambos candidatos -Franz Müntefering para la Presidencia del partido y Frank-Walter Steinmeier como candidato a canciller- están asociados intrínsecamente con las reformas del canciller Gerhard Schröder.

Aunque nadie en el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) cuestiona en serio la necesidad de las reformas socio-laborales emprendidas por Schröder y bautizadas como la Agenda 2010, fueron precisamente éstas las que provocaron la erosión de la formación.

Los recortes sociales contenidos en esta agenda desencadenaron un éxodo en la afiliación y dieron alas al nacimiento de un nuevo partido, surgido de la unión del poscomunista Partido del Socialismo Democrático (PDS) y la disidencia socialdemócrata, llamado la izquierda.

Lo que ha resultado especialmente doloroso para el SPD es que uno de los dos presidentes de La Izquierda sea el ex ministro de Finanzas Oskar Lafontaine, un político altamente carismático pero odiado por sus antiguos correligionarios, que no le perdonan su traición.

Uno de los objetivos del último presidente del SPD, Kurt Beck, quien inesperadamente tiró la toalla en septiembre, fue precisamente intentar conciliar a las dos corrientes del partido, la renovadora y la tradicionalista, enemiga acérrima de la Agenda 2010 y a la que pertenecía Lafontaine.

En el último congreso Beck logró un amplio respaldo para suavizar algo las reformas, en contra de la línea defendida en ese momento por el entonces ministro de Trabajo y vicecanciller Müntefering.

Aunque Müntefering, que ha sabido defender tanto la tradición social como las reformas, es un hombre querido en el partido, en ese momento quedó relegado por Beck; tan sólo un mes más tarde abandonó todos los cargos para dedicarse plenamente a su esposa, que estaba en fase terminal.

Tras casi un año de retiro, su esposa falleció y Müntefering vuelve como si nunca hubiera faltado.

La gran incógnita es saber cuál será la línea política que defenderá ahora el nuevo presidente, quien ya dirigió el partido durante algo más de un año cuando las encuestas empezaron a ir mal para Schröder tras la puesta en marcha de la Agenda 2010.

Aunque el tándem con Steinmeier podría apuntar a que el dúo dará un nuevo giro al partido, esta vez hacia la derecha, todo indica que la situación en las encuestas no se lo permitirá.

El propio Steinmeier ha dejado entrever que no alterará la línea emprendida por Beck.

Nada más ser designado por la cúpula del SPD como candidato a la Cancillería, aseguró que la decisión de emprender las reformas en 2003 había sido correcta, pero que ahora de lo que se trataba es de hablar de los nuevos retos.

Sea cual sea el curso que vaya a emprender el nuevo tándem, la situación de cara a las elecciones en otoño del próximo año se plantea difícil, al menos desde la perspectiva actual, pues el SPD no logra subir más allá del 25%, frente al casi 40% de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de la canciller, Angela Merkel.

Para el SPD, el principal problema es que La Izquierda se sitúa cada vez más como una alternativa política, y en las encuestas ha subido paulatinamente hasta convertirse en la tercera fuerza, con algo más del10%.

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