El nuevo Gobierno holandés aplicará una prohibición total del burka y otros tipos de velo integral, anunció ayer en una rueda de prensa el político antimusulmán Geert Wilders.

El Partido para la Libertad (PVV) de Wilders apoya el Gabinete de derechas formado por los liberales (VVD) y los democristianos (CDA), quienes ayer presentaron sus planes de gobierno.

Holanda ya prohibió en 2008 el uso del burka en los colegios y entre funcionarios públicos, aduciendo que esa prenda impide la buena comunicación porque cubre por completo el rostro.

Un triunfante Wilders, que calificó su colaboración con el Gobierno de "histórica", indicó a la prensa que "por fin habrá una prohibición del burka" en Holanda.

Otros planes del Ejecutivo incluyen que los coffeeshops, los establecimientos donde se puede fumar marihuana, se conviertan en una especie de club a los que sólo puedan acceder ciudadanos holandeses mayores de edad en posesión de un carné de miembro.

Otra de las reivindicaciones que ha logrado imponer Wilders es el endurecimiento de la política de inmigración, con el objetivo de reducir su entrada "en un 50%", según el líder extremista.

En cuanto a la economía, se confirmó el objetivo del Gobierno de aplicar recortes presupuestarios de 18.000 millones de euros durante los próximos cuatro años, lo que se traducirá, entre otras medidas, en una reducción del funcionariado y del número de senadores y diputados.

El liberal Mark Rutte, el próximo primer ministro, dejó claro que "todos vamos a notar los recortes", pero resaltó que son necesarios para "salir con fortaleza de la crisis".