nAVIDAD 2013 rEYES MAGOS | LA CORONACIÓN

Aclamados y venerados por una ciudad volcada

  • Sus Majestades de Oriente son coronados en el Alcázar de Jerez con más expectación que otros años y ante un público infantil nervioso y entusiasmado en el día grande de los más pequeños

Con más expectación que en años anteriores y con mayor público, Sus Majestades de Oriente fueron coronados a primera hora de la tarde en el Alcázar en medio de momentos de emoción. A eso de las cuatro, Melchor, Gaspar y Baltasar aparecían en coche de caballos entre la multitud acompañados de su séquito para comenzar con un día mágico, tanto para ellos como para sus pajes y sobre todo para todos esos niños, los principales protagonistas del día. Precisamente una cantidad enorme de niños poblaban el recinto amurallado deseando ver en primera persona a los Reyes y comenzar a vivir las horas previas al gran día.

Pero si los semblantes de los más pequeños reflejaban una ilusión enorme, más aún se irradiaba de las caras de sus majestades, casi como en una nube ante tal recibimiento. Con la mirada perdida y disfrutando como los que más, Lorenzo Amor, Manuel Alcocer y Nela García, perfectamente ataviados, daban así al pistoletazo de salida para una cita a la que le han puesto el alma desde hace meses. Tras el discurso protocolario a cargo de Andrés Cañadas, los Reyes, ya en sus tronos, fueron recibiendo las distintas coronas de los anteriores compañeros.

Melchor, en esta ocasión encarnado por Lorenzo Amor, fue el primero en recibir la suya de manos de Pepe Ravelo, rey el pasado año, y seguidamente, Gaspar, en este caso Manuel Alcocer, de Carmen Romero, su antecesora. Por último, Baltasar, a cargo de Eduardo Gómez Beser que daba así el relevo a Nela García. Todos juraron lealtad al Reino de la Ilusión y a los miles de jóvenes que esperaban con los brazos abiertos su llegada. Junto a ellos, el Gran Visir, que seguía atentamente todo lo que acontecía con sus majestades y que había estado guardando el Alcázar hasta la llegada de sus majestades.

Fueron apenas quince minutos de coronación, y acto seguido, los Reyes repartieron entre el público los primeros caramelos. Todo estaba preparado para que Melki-or, 'rey de la luz', Kansbar, que significa 'administrador del tesoro', y Bel-Sar-Utsor, equivalente de 'Dios protege al Rey' comenzaran su largo viaje por las calles de Jerez para desembocar al filo de las diez de la noche en la Alameda de Cristina y allí llevar a cabo la adoración en el portal, sin duda otro de los actos más llamativos de este día.

Antes de emprender el camino hacia las distintas carrozas reales, a sus majestades les dio tiempo de fotografiarse con los miles de niños que les esperaban en el Alcázar y para saludar al resto de anteriores reyes que no quisieron perderse este día mágico, pues a más de uno se le venía a la memoria la experiencia y aquel día tan feliz. Móviles al cielo, cámaras y sobre todo ilusión se apoderaron de todos en uno de los instantes más emocionantes de la jornada.

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