Navidad 2013

La crisis continúa poniendo los cubiertos en la cena de Nochevieja

  • El mercado central de abastos sigue sufriendo las consecuencias de la situación económica actual Los negocios más azotados son los dedicados a la venta de pescado y marisco

Tristemente, un año más, la crisis sigue siendo el plato más difícil de maridar en las reuniones familiares que traen de la mano las fiestas de Navidad. Muestra es el palpable vacío que ha presentado durante estos días el mercado central de abastos, el punto más céntrico de la ciudad y representativo de las compras en época festiva. Pocos serán los jerezanos que no tienen en su recuerdo haber ido a la plaza de mano de su madre o abuela para comprar el pescado o la carne. "Vamos a Jerez", decían.

También queda claro que no a todos afecta por igual la coyuntura económica, traducida en la mayoría de las ocasiones en desgana y apatía por este tipo de celebraciones. Durante el mediodía de ayer, además de lo despejada que estaba la plaza, sorprendía el contraste de opiniones de los comerciantes, según el producto que ofrecían. Los que se dedicaban al negocio de la carne, chacina y embutidos mostraban una sonrisa amable y de esperanza, "este año ha sido indudablemente mejor que el pasado", comentaban la mayoría. La historia daba un giro de 180 grados en el momento que se pisaba la zona de pescadería. Caras largas, brazos cruzados y pesadumbre entre los vendedores. "¿Pero cuándo se ha visto el mercado así un día 30 de diciembre, Dios mío?", se le escapaban a algunas. La zona más neutral podría asignarse a la de frutería, llena de mostradores verde esperanza gracias a la batalla por los precios de la uva, en una horquilla de 1 a 2 euros el kilo. "¡Uva de lata, mala pata!", bromeaba una comerciante desde el puesto 28 intentando captar algún cliente.

Entre los comerciantes más positivos, los dedicados a la mercancía cárnica, se encontraba Paco Fernández, quien no perdía la sonrisa mientras preparaba su mostrador, el del puesto 54. Un escueto "está bien" definía para el comerciante cómo han sido las ventas en esta recta final del 2013. Cuando se le apretaban un poco las tuercas, entre suspiros admitía que "en realidad, ha venido menos gente que el año pasado". Sobre todo, para la cena de esta noche, ya que como decía Fernández, "la Navidad es una fiesta que invita más a la compañía familiar, y por tanto a la cena. Sin embargo, en Nochevieja, cada mochuelo tira para su olivo, y los jóvenes suelen salir a celebrar la llegada del Año Nuevo".

Entre los productos que ofrecía al público, el carnicero señalaba que este año, los productos estrellas, "siguen siendo el pavo y el pollo. Éste último, además, ha bajado considerablemente de precio con respecto al año pasado, así que lo estamos vendiendo muy bien".

Un poco más adelante, siguiendo el olor de los chicharrones, se encontraba al puesto 62, correspondiente a Juan Pablo González, quien se sumaba a la positividad de su compañero carnicero. El argumento del comerciante para explicar la subida de este año era que "la gente está volviendo al centro gracias a la normalización de los problemas con los autobuses y al despunte hostelero de estos últimos meses".

Miriam Álvarez, en su puesto dedicado a la chacina, sonreía mientras atendía a sus clientes. "El ambiente ha estado más relajado que otros años, pero bien es cierto que la gente sigue dejando las compras para última hora, sobre todo la chacina". La joven comentaba, además, la dificultad para "mantener los precios. A los comerciantes nos han subido los productos por ser diciembre y tenemos que hacer virguerías para que eso el cliente final no lo note. En mi caso lo he sufrido con el lomo en caña, por ejemplo". Los productos estrellas para las cenas siguen siendo "el jamón, el paté, el queso y la carne mechada".

La pescadería del mercado central suele ser la zona donde más se escucha a los comerciantes promulgar sus ofertas a los clientes. Ayer, sin embargo, no había compradores a los que convencer. María Flores, cruzada de brazos y negando con la cabeza explicaba que "está yendo peor incluso que el año pasado. En estas fechas estamos acostumbrados a no dar a basto, ¿cuándo se ha visto a alguien en esta parte de la plaza cruzado de brazos en vísperas de Nochevieja?".

Manuel Durán, detrás del mostrador del puesto 15, trataba de buscar excusas a la falta de compradores. "La gente no está acostumbrada a que la plaza abra el lunes, además que es día de mercadillo y eso tira mucho". El pescadero confesaba que los precios "mucho no habían subido. Por ejemplo, el mejillón está desde hace años a 3 euros el kilo". Los artículos en los que sí se ha visto un incremento son "el marisco, que se puede decir que está el doble que el año pasado. Las gambas están entre 18 y 20 euros el kilo", explicaba Durán.

"Este año está yendo peor que el pasado, ¿verdad Tamara?", preguntaba Eva a su compañera del puesto contiguo mientras servía un cuarto de gambas a una clienta. Tras darle el cambio, confesaba entre dientes: "y lo poco que se vende es a la mitad. Nosotros el kilo ya no lo vemos, con suerte subimos de 'un cuartito'". Respecto a los precios, la pescadera explicaba "que algunas cosas han bajado, como las patas, de 14 a 12 euros, o las huevas, que están a 8 euros cuando siempre han estado por los 16. Lo que sí ha subido son productos como los gambones y las gambas, pero unos dos euros, y porque este año vienen más grandes".

En el puesto contiguo, Tamara Muñoz miraba con resignación la hora. "Menos mal que tras el chasco de años anteriores hemos aprendido y ya no compramos tanto. Es un año fatal, ya una no tiene ni esa alegría de venir a trabajar en Navidad para ver la felicidad de la gente". "Estamos desganados, tanto comerciantes como clientes", confesaba la comerciante mientras buscaba con la mirada algún comprador, sin éxito.

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