Provincia de Cádiz

Absuelto tras huir de la Guardia Civil en su moto sin placa ni seguro

  • La sentencia explica que una huida no es un delito de desobediencia si no hay acometimiento o agresión

El Juzgado de lo Penal número 1 de Cádiz ha absuelto a un vecino de Chiclana que circulaba con su ciclomotor sin placas de matrícula ni seguro obligatorio por la carretera del Marquesado y huyó a toda velocidad cuando agentes de la Guardia Civil le dieron el alto. El fiscal solicitaba un año y medio de prisión por los delitos de resistencia a la autoridad y conducción temeraria para el procesado, que fue perseguido por varias calles durante unos cuarenta minutos. No obstante, el juez estima que no hay pruebas de que el acusado pusiera en peligro a alguna persona y también explica que en este caso no hay delito de desobediencia.

La sentencia, del magistrado Juan Coloma, argumenta que los hechos enjuiciados describen un "supuesto autoencubrimiento impune". Salvo que la huida se acompañe de alguna acción de acometimiento o agresión, explica el juez, cuando se produce una huida no existe desobediencia "si la misma se hace para evitar ser inculpado por un delito o una infracción previa". Así ocurre en este caso, añade, ya que el acusado estaba circulando, y no debía hacerlo, con un ciclomotor sin placas de matrícula y sin seguro. "En consecuencia, consideramos esta conducta impune".

Además del año y medio de prisión, el fiscal solicitaba que el acusado fuese condenado con la privación del derecho a conducir vehículos de motor y ciclomotores por tres años. La sentencia absolutoria no es firme: cabe recurso ante la Audiencia Provincial.

El procesado, a quien defiende el abogado Miguel A. González Saborido, negó su relación con los hechos: admitió que tiene un ciclomotor y que ese vehículo carece tanto de placas de matrícula como de seguro obligatorio pero aseguró que el 14 de noviembre de 2008 no iba conduciéndolo por la carretera del Marquesado ni se topó con la Guardia Civil ni salió huyendo. O bien otra persona conducía su ciclomotor o bien confundieron su moto con otra moto y a él con el conductor, dijo.

El juez no lo creyó. Un guardia civil declaró que vio al procesado a corta distancia y de frente y que lo conoce de sobra, lo que sí convenció al magistrado. Pero ese agente también dijo que en la persecución, él no vio que ningún peatón tuviese que apartarse para no ser atropellado. El acusado huyó a una velocidad desproporcionada, dice el juez, pero no hay pruebas de que crease un peligro concreto para alguien.

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