Provincia de Cádiz

Absuelto de estafa un hombre que se apropió de 11.888 euros de su esposa

  • El Tribunal Supremo revoca una sentencia de la Audiencia de Cádiz que condenó al procesado por quedarse con una indemnización por un accidente de tráfico

El Tribunal Supremo ha absuelto de un delito de estafa a un hombre que se apropió de 11.888 euros correspondientes a la indemnización que recibió su esposa por un accidente de tráfico. El procesado falsificó firmas de su esposa para poder hacerse con el importe de un cheque a nombre de ella sin que la mujer lo supiese. La Audiencia Provincial de Cádiz lo condenó el año pasado a dos años de prisión como autor de un delito de falsedad en documento mercantil en concurso con otro de estafa. También a indemnizar a la mujer con los 11.888 euros. El Supremo rebaja ahora la pena a seis meses, retira la indemnización y afirma que hubo falsedad pero no estafa: que los cónyuges están exentos de responsabilidad criminal por los delitos patrimoniales que se causaren entre sí, tal como establece el Código Penal.

Se trata de una excusa absolutoria recogida en el artículo 268 y que el Supremo considera aplicable en este caso por una razón: porque estima acreditado que los implicados en los hechos ocurridos en julio de 2003 eran cónyuges que aún no estaban separados legalmente, y ni siquiera de hecho, pues la ruptura se produjo a finales de ese verano, esto es, en un momento posterior, explica la sentencia.

Todo sucedió tras un accidente de circulación que deparó indemnizaciones para el procesado, su esposa y el hijo de ambos, según el relato de hechos probados de la sentencia de la Sección Tercera de la Audiencia, asumido por la resolución del Tribunal Supremo, que es como sigue. El dinero llegó en tres talones. Dos a nombre del acusado y el tercero, de 11.888,88 euros, a nombre de la mujer.

El procesado se fue con ellos a una entidad bancaria y allí trató de ingresar los tres cheques en una cuenta de la que era titular único. Pero los empleados de la oficina le comunicaron que en tanto su esposa no fuese titular de la cuenta, no podían ingresarle el talón que iba a nombre de ella.

El acusado pidió entonces un impreso para solicitar la ampliación de titular de la cuenta, se lo llevó y regresó después con él firmado falsamente por su esposa. También con el cheque firmado al dorso de la misma manera. Consiguió así que el talón fuese ingresado en la cuenta que aparentemente ya compartía con su esposa y luego transfirió el importe a una segunda cuenta y entonces lo destinó a "atenciones propias".

La mujer se enteró posteriormente de lo que había sucedido con el importe de su indemnización por el accidente de tráfico. La sentencia explica que en julio de 2003, las relaciones entre el matrimonio no eran buenas y que la pareja puso fin a la convivencia a finales de ese verano.

La resolución también anota que la mujer presentó una reclamación ante la entidad bancaria, ya que ella no había autorizado que el cheque fuese abonado en una cuenta de su marido, pero que el banco no la atendió.

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