Provincia de Cádiz

Agarrados a un clavo

  • Unos 1.200 ex empleados de Delphi recorren la avenida principal de Cádiz y bloquean la ciudad para exigir a la Junta que cumpla sus compromisos con el colectivo · "El abuelo trabajando y el nieto acostado", lamentan

El villancico que ayer improvisaron los trabajadores afectados por el cierre de Delphi se canta con la música de Los peces en el río y dice así: "Mienten y mienten y vuelven a mentir, la gente del PSOE sólo sabe mentir". Y bis. Fue la sintonía de la mañana en Cádiz; desde Cortadura a Diputación, de sur a norte. La plantilla de la factoría recorrió la avenida principal de la ciudad entre las diez de la mañana y la una de la tarde para reclamar a la Junta de Andalucía que cumpla su compromiso de buscar un empleo a los 600 trabajadores sin expectativas de ocupación. Unas 1.200 personas, según cálculos de este medio, entre 2.500 y 3.000 según el de los organizadores, participaron en la enésima marcha por el empleo en la Bahía.

La manifestación, como los tres años del propio conflicto de Delphi, fue de más a menos, del enardecimiento a la más cruda resignación. Porque el relato tiene su momento culmen muy poco después de las diez: Los trabajadores han iniciado su travesía abarcando todos los carriles de la avenida de Andalucía. Unos 25 policías nacionales con equipamiento antidisturbios, cuatro furgones y varias motos se plantan frente a la Plaza de Jerez e intentan formar una cuña para que reconducir la marea hacia un solo sentido de la amplia carretera.

Según la autoridad, es lo contemplado en el permiso de la manifestación. Pero los trabajadores no están dispuestos a admitir esa derrota moral y se detienen. "Vosotros no cumplís vuestra palabra", se escucha del lado uniformado. "Nosotros estamos luchando por el empleo de vuestros hijos", ídem desde enfrente. "Os va a pasar como a los controladores, se os va a echar la gente encima", advierte otro policía. Hay un cara a cara, un cascos y gorras. Algunas conversaciones subidas de tono. Entonces el responsable del pelotón se retira, contacta con la Subdelegación -según los presentes- y cede el terreno. "Todos los carriles pero rapidito".

Arranca la manifestación a la misma velocidad que avanza el tráfico en el resto de la ciudad. En ese momento, hileras de coches se desvían por el Paseo Marítimo y por la Avenida Juan Carlos I, que no dan abasto. El atasco y la lentitud de la circulación se contagian en la ciudad-cuchara hasta el puente, pero podría ser peor. Todo estaba previsto. Más o menos.

"Mienten y mienten y vuelven a mentir". El villancico de los ex de Delphi sólo se interrumpe al paso de la marcha, de unos trescientos metros de longitud, frente al Hospital Puerta del Mar. Es la sintonía de la jornada aunque deja espacio para otras arengas lanzadas desde el altavoz de la cabecera. Algunas: "El abuelo trabajando, y el nieto, con veinte años, acostado"; "una fábrica de boniatos para los estudiantes"; "Zapatero, te va a votar tu (...) madre". Y "Cádiz se muere", que también es un lema estampado en una de las principales pancartas de la protesta.

El Gobierno, la Junta de Andalucía y el PSOE son el centro de insultos y, en el mejor de los casos, críticas. Entre los manifestantes se reparten unas octavillas con caricaturas de Zapatero, de Manuel Chaves y de Francisco González Cabaña, presidente de la Diputación, caracterizado como un sheriff. "Por la industrialización. Traidores". "Queremos trabajar" es un grito más en el recorrido por la Avenida al que responde, desde la acera, una señora muy indignada: "¿Trabajar? Cuando teníais trabajo no ibais a trabajar. Y ahora todavía seguís ganando dinero sin trabajar". El ambiente, el ciudadano, en general, es frío.

Tres horas después de la partida, la protesta se aproxima al edificio de la Diputación. Uno de los manifestantes teclea en su teléfono y lo pega al altavoz comunitario. Se escucha al presidente del Gobierno. Zapatero participa en un mitin, posiblemente en Cádiz, y proclama con fervor electoral: "¡No vamos a dejar tirado a ningún trabajador de Delphi!". Aquel compromiso se firmó por escrito y es el clavo ardiendo al que siguen aferrados los desempleados mientras las promesas se diluyen en las aguas turbias de la crisis.

"Mienten y mienten y vuelven a mentir...". Una rareza es que la protesta termina en la misma puerta de la Diputación, flanqueada por los antidisturbios, y no en la sede del Gobierno andaluz en la provincia, a apenas cien metros de distancia. Cuando despertó, los ex de Delphi todavía estaban en la puerta de Diputación. Su vicepresidente segundo, Federico Pérez Peralta, recibe a los representantes de CCOO, UGT, CGT y USO y les explica que el presidente está en Sevilla con el consejero de Empleo, Manuel Recio, abordando el problema del colectivo.

El testaferro socialista escucha las reivindicaciones ya conocidas: que la Junta cambie su discurso "en contra" de los afectados por el cierre de Delphi; que se enajenen y gestionen públicamente los terrenos de la factoría, y que se cumplan los fastuosos compromisos de generación de empleo del Plan Bahía Competitiva. En la calle, los sindicalistas informan de que "todos estos puntos se abordarán en una reunión de la comisión de seguimiento a programar entre los d

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