Vivir en Cádiz

Cádiz y su Bahía, espectaculares en el vuelo final de los Morsa de la Armada

Último vuelo del 'Sea King' de la Quinta Escuadrilla de la FLOAN de la Armada / Alicia Ruiz / Jesús Marín

Una despedida por todo lo alto y por un paisaje envidiable. Así fue el adiós de los últimos SH3D Sea Kings de la Quinta Escuadrilla de la Flotilla de Aeronaves, que cerraban esta semana más de medio siglo de vida con un vuelo que dejaba espectaculares imágenes de la Bahía de Cádiz, sus playas y sus ciudades.

‘Diario de Cádiz’ tuvo la oportunidad de embarcar en este viaje final de los Morsa, como se conocen en la Armada a estos helicópteros, y vivir con su dotación la emoción de la jornada, que explotaba en abrazos y lágrimas al ya aterrizar en la pista justo en frente de su casa, el hangar número de 4 de la Base naval de Rota.

Los pilotos capitán de fragata Fernando Pérez Silva –jefe de la escuadrilla– teniente de navío Juan Lancho, capitán Adrián Figueira, y teniente de navío Alberto Márquez junto a su dotación “que siempre nos ayuda” pasarán a la historia de la Armada, su Flotilla y la Quinta por ser los últimos que volaron un Morsa, que ya están siendo sustituidos por los SH-60F Ocean Hawk. “Es una mezcla de emociones”, señalaba Pérez Silva, entre la tristeza y la alegría por haber contribuido a que este aparato dure tantos años. La Quinta –’No hay quinta mala’, dice su lema– es una familia a la que se sigue perteneciendo aunque cambias de destino, apuntaba en su discurso, y ahora lo forman casi cien personas que seguirán trabajando con el SH60F, del que esperan dos más, y “ojalá” también llegue su versión Romeo. “Es un helicóptero increíble”.

Rota, El Puerto y Cádiz desde el aire

Pero a espera de bienvenidas, esta semana tocaban ‘jubilaciones’. Los dos últimos Sea King –acompañados de uno de sus “hermanos jóvenes” – bordeaban toda la costa de la Bahía gaditana. Saliendo de la terminal aérea de la Base naval de Rota poco después de las nueve de la mañana del lunes, sus hélices giraban por última vez para sobrevolar primero la ciudad de Rota, luego su vecina de El Puerto Santa María y finalmente Cádiz, que se pudo divisar al completo desde los Morsa en un día totalmente despejado.

Dejando atrás las instalaciones militares, se veía primero la playa del Chorrillo de Rota desde el aire, divisando unos segundos después su puerto deportivo y el faro, con todo el centro histórico detrás. Luego, por El Puerto de Santa María, tocaba el turno a toda la Costa Oeste pasando por Las Redes, Vistahermosa, y llegar a la zona de La Calita, Fuerte Ciudad o La Muralla, con la ruina del antiguo conjunto defensivo, y terminando en El aculadero y Puerto Sherry.

Quedaba aún que el Sea King dejara ver al completo la silueta característica de la ciudad de Cádiz, contemplando desde su casco antiguo hasta el inmenso arenal de la playa Victoria. Entrando por la Punta San Felipe y el puerto, merecía la pena abrir bien los ojos y mirar por la compuerta abierta para no perderse la Alameda, la belleza de la playa de la Caleta sus piedras y sus castillos; el Campo del Sur, la Catedral y las playas de Santa María del Mar y la Victoria.

De vuelta, las aeronaves pasaron por el muelle de la Base saludando a las fragatas y al buque Juan Carlos I, en los que tantas veces aterrizaron a lo largo de su vida operativa. Al bajar aún le quedaba un homenaje más a los reyes del mar, con una última dedicatoria. “Ahora sí, la morsa cierra escucha y para. All switches y botella off”.

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