Provincia de Cádiz

Cazado por los colombianos a pocos meses de prescribir la causa

La comunidad latinoamericana de Madrid nunca se olvidó de Luis Batlle, por mucho que Batlle, el cerebro de Eurowork al que casi ninguno de los estafados conoció, hubiera huido muy lejos, nada menos que a Tailandia, vía Bahamas, donde llevaba una vida cómoda con su botín, ejerciendo de maestro cervecero y chef, inventándose una biografía, pero sin modificar demasiado su identidad, ya que lo único que hizo fue cambiar su segundo apellido, Villaseca por Costa.

En realidad, Batlle empezaba a sentirse seguro. Quedaban pocos meses para que prescribiera el caso y él ya no tenía pudor en exhibirse en las revistas asiáticas de gastronomía de gran difusión. De hecho, cuando fue detenido, esgrimió esas revistas como defensa. La pista de él saltó varias veces. En la comunidad latina de Madrid se comenta que los colombianos habían tendido redes entre compatriotas de todo el mundo para que avisaran en cuanto hubiera algún indicio de dónde se encontraba este personaje. La denuncia final, la que hizo que la Guardia Civil activara la operación, vino de un español, pero la alerta estaba dada desde Madrid. No se iban a olvidar de él. Demóstenes Mamani, el abogado que desde el primer momento siguió el caso, admite que Mónica González ha tenido un gesto de honra al dimitir y que es muy posible que ella no se lucrara en absoluto con este timo, pero no llega a comprender que todo lo fiara a que Batlle no fuera encontrado antes de la prescripción de la causa. Recuerda cuando vio a González temblar ante el juez Garzón y ahí pensó que podía existir "el beneficio de la duda, pero ocultar que había estado allí y meterse en política no tiene mucho sentido".

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