Chiclana

El paseo marítimo de La Barrosa se llama desde hoy Paseo de la Cruz Roja Española

  • El alcalde y el presidente nacional de esta organización inauguran el monolito en homenaje a esta organización, que lleva en Chiclana desde 1921 y que se encarga actualmente del servicio de socorrismo, además de servicios de emergencias

Inauguración del monolito en homenaje a la Cruz Roja, que lleva en Chiclana desde 1921.

Inauguración del monolito en homenaje a la Cruz Roja, que lleva en Chiclana desde 1921.

El paseo marítimo de la playa de La Barrosa ha pasado a denominarse paseo marítimo Cruz Roja Española. El cambio de nombre se ha hecho oficial tras el acto de inauguración del monolito en homenaje a esta organización, que estuvo presidido por el alcalde de Chiclana, José María Román, y el presidente de Cruz Roja Española, Javier Senent. Un acto que también contó con la presencia de miembros de la Corporación Municipal, así como de Cruz Roja Española, entre ellos, la presidenta provincial, Rosario García, y el presidente local, Antonio Piñero.

Durante el acto, el alcalde destacó que “una forma de demostrarse el cariño que se le tiene a la Cruz Roja es ver que en un acto como éste hay tantas personas”. “Hace unos años planteamos que debíamos tener un gesto con la Cruz Roja y, hablando con Antonio Piñero, le propuse que el paseo marítimo estuviese dedicado a la Cruz Roja con motivo de su centenario en Chiclana, pero se coló la pandemia y lo hemos tenido que dejar para su 101 aniversario”, indicó José María Román, quien recalcó que “desde el principio los gobiernos municipales hemos apostado por la seguridad en nuestras playas y en este 2022 hemos sido distinguidos por playas inclusivas y por el servicio de salvamento y socorrismo. Todo ello gracias a la colaboración inestimable de la Cruz Roja”.

“Soy de los que defiendo que la Cruz Roja debe ser considerada como un medio propio de la administración y no deberíamos estar en la línea mercantil, en cuanto a que Cruz Roja debe ganar los distintos concursos públicos. Su actividad es merecedora de que fuese medio propio de la administración y no tuviese que estar en concurrencia competitiva, porque es un tema tan importante como para estar en una subasta o concurso público”, expresó José María Román, quien recordó la labor de distintos presidentes de la Asamblea Local de Cruz Roja en Chiclana, entre ellos, Salvador Álvarez, encargado de poner en marcha el puesto de la segunda pista de La Barrosa, “lo cual fue un salto importante”, Julio Fernando Lora, “encargado del local en el centro” o Antonio Piñero, “que se ha encargado de la consolidación de los servicios en Chiclana”.

Asimismo, el regidor chiclanero destacó que “cada año invertimos casi un millón de euros en el servicio de salvamento y socorrismo, lo cual es necesario para que La Barrosa sea una playa segura”. “Agradecer a los voluntarios y trabajadores la labor que realizan durante todo el año, aunque especialmente en verano, dando prioridad al servicio público y repartiendo todo ese cariño necesario entre los usuarios que atienden”, manifestó José María Román, quien añadió que “es un honor que este paseo marítimo se llame Cruz Roja Española, ya que enaltece aún más La Barrosa”.

Por su parte, Javier Senent mostró su orgullo y alegría “porque el Ayuntamiento de Chiclana haya pensado en poner el nombre de Cruz Roja a un paseo marítimo tan emblemático como éste”. “Además del reconocimiento que supone este nombramiento por la historia en esta ciudad y el trabajo que llevamos a cabo, es importante que la gente que vea este monolito sepa que la Cruz Roja es una organización humanitaria, que pertenece a un movimiento mundial y que está a disposición de las personas que lo necesiten”, expresó el presidente de Cruz Roja Española, quien resaltó “la labor que se desempeña en este puesto central de La Barrosa”.

El alcalde y el presidente nacional de esta organización. El alcalde y el presidente nacional de esta organización.

El alcalde y el presidente nacional de esta organización.

“Este generoso regalo que nos hace el pueblo de Chiclana también lleva consigo que nos sintamos queridos en esta ciudad”, comentó Javier Senent, quien añadió que “renueva nuestro compromiso con Chiclana”. “Para Cruz Roja son fundamentales las alianzas, por lo que es importante estar unidos y hacer fuerza con administraciones como el Ayuntamiento de Chiclana, otras ONG y empresas. Todo ello, junto al voluntariado, cuyas personas no tienen problemas para levantarse dos o tres veces en una noche para atender cualquier emergencia”, incidió el máximo responsable de la entidad a nivel nacional, quien añadió que “la colaboración con este Ayuntamiento ha sido intensa siempre y esa cooperación es hoy en día mucho más estrecha”. “Debemos ser conscientes de que hay personas que lo están pasando mal, por lo que tenemos que llevar a cabo pequeños detalles que ayudan a las personas”, concluyó

Cruz Roja en Chiclana

El 24 de junio de 1859, tras la batalla de Solferino, Henry Dunant, un ginebrino que se encontraba viajando por el norte de Italia, observó como más de 40.000 hombres heridos se hallaban abandonados en el campo de batalla sin ser atendidos. Y vio como muchos de aquellos heridos morían sin asistencia. Fue tal su impresión, su dolor que convenció a los vecinos de los pueblos cercanos para que atendiesen a los heridos, fuesen del bando que fuesen. El mismo Dunant, en 1863, constituyó el Comité Internacional de la Cruz Roja y un año después se firmó el Primer Convenio de Ginebra, en el que se integraba España. En España la Cruz Roja se fundó en 1864 bajo los auspicios de la Orden hospitalaria de san Juan de Jerusalén.

Por otro lado, el 19 de agosto de 1921 en una villa del sur de España de 11.000 habitantes llamada Chiclana de la Frontera se constituye la Asamblea Local de la Cruz Roja Española. Nace con la vocación de ayudar, socorrer y actuar sobre la población civil de forma y manera continua ya fuese en tiempos de guerra o en tiempos de paz. Actuaciones de carácter social y humanitario, incluidas la protección de la infancia. En aquella Chiclana donde las clases sociales más pobres vivían en infraviviendas de pésimas condiciones donde sus ocupantes vivían hacinados por falta de espacio, con una pésima ventilación o limpieza y una alimentación escasa, era frecuente el deterioro de la salud y la proliferación de enfermedades. En ese contexto histórico nace la Cruz Roja de Chiclana.

Sin embargo, aquellos hombres que con entusiasmo y empuje lograron fundar la primera Asamblea Local, pronto se vieron desbordados por las calamidades de la época y aquel voluntarismo decayó en tiempos de crisis en aquel siglo. Son años de consolidación, de entrega y búsqueda de recursos para atender a la población. Así, en el primer tercio del siglo se consiguió establecer una base con una Casa Socorro para atender, al principio, pequeños accidentes, más tarde consultas médicas y de enfermería. Y se convierte en algo más que esta alternativa cuando es atendida por los profesionales de la salud de la ciudad –médicos y practicantes ayudados por voluntarios–.

Inauguración del monolito. Inauguración del monolito.

Inauguración del monolito.

En 1930, ya se había consolidado su labor y la Cruz Roja es una casa hospitalaria bajo la presidencia don Agustín de Villar Sánchez –concejal desde 1912, ejerció 9 meses como alcalde en 1916– y la dirección clínica del médico Don Sebastián Guerrero y Don Pedro Vélez. También colaboran todos los médicos y practicantes de la ciudad: Don Francisco Benítez Mera, Don Cristóbal Rodríguez-Tenorio González, don Manuel Velázquez y los practicantes, Don Manuel Sierra García, Don Eduardo Gálvez Moreno, Don Francisco Sánchez Rodríguez y el señor Chamorro. La entonces llamada policlínica de la Cruz Roja y Casa de Socorro se hallaba situada en la actual calle Corredera, en el número 12. Son muchos los testimonios de agradecimiento de los chiclaneros de la época hacia dicha institución y a sus colaboradores.

Contaba con un servicio de ambulancia y la facilitación de medicamentos a los más necesitados. Incluso los propios socios que tenían automóviles, trasladaban a los enfermos y heridos a la Casa Socorro. Todo ello gracias a los ciudadanos de Chiclana que generosamente aportaban dinero en metálico, mantas, almohadas, fundas para camas, tenedores cuchillos metros de muselina para vendas, vasos de cristal y un largo etcétera. El propio Don Agustín Villar en una entrevista decía: “Está muy implantada y tiene muchos adeptos en la clase media. Acuden entre 80 y 100 diarios a la consulta de enfermería, todos pobres de solemnidad”.

Todos los médicos de la localidad participaban. Los más destacados fueron Sebastián Guerrero y Pedro Vélez. El sueño de Don Agustín en 1931 era poder comprar un aparato de Rayos X. Ese mismo año, en el verano 1931, se acogió en los terrenos del coto de los Sres. Cañizares, la Colonia Infantil Obrera organizada por la Cruz Roja con la ayuda del Ayuntamiento. Eran niños de Chiclana y de la provincia que disfrutaron del aire puro y de un alimento sencillo y sólido, al margen de cierta instrucción pedagógica, e higiénico-sanitaria.

Durante la dictadura participaron igualmente todos los médicos y practicantes en la atención de todos los que acudían a la sede, entonces en la calle Jesús Nazareno. Memorable actuación de la Cruz Roja durante las riadas de 1962 y la de 1965, así como en todo tipo de accidentes, eventos deportivos, incendios y ahogamientos, traslados de cadáveres y ayuda en las autopsias.

A mediados de la década de los 70, con Don Salvador Álvarez como presidente, se constituyó la Cruz Roja de la Juventud y el puesto de Emergencias en carretera, a la salida de la ciudad en la carretera nacional 340, así como el puesto principal de la playa de la Barrosa que se montaba cada año hasta la construcción del permanente y actual en la tercera bajada. Tras Salvador Álvarez, ocupó la presidencia Miguel Guerra, Julio Fernández Lora y Antonio Piñero Lema. Y el 14 de abril de 2000 se reinauguró las instalaciones de la base y puesto principal ubicado al final de la tercera pista, donde finaliza el paseo marítimo.

Actualmente la Cruz Roja de Chiclana realiza una importante labor en la ciudad a través de un cuerpo de voluntarios prestos para cualquier emergencia o situación extrema en el municipio, además de su labor diaria a personas con discapacidades o bien atendiendo con alimentos a las familias más necesitadas. En la playa de La Barrosa cuenta con una importante base logística para atender a los bañistas y residentes de la zona, así como a los migrantes que llegan a nuestra costa. Desde el año 2000 –fue pionera– están utilizando sillas anfibias para los discapacitados que desean probar un baño en nuestra playa.

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