Provincia de Cádiz

Detenidos 35 miembros de una red que robaba alijos de hachís a otros narcos

  • La organización ponía localizadores por satélite en los cargamentos para seguir la mercancía en territorio español Los robos provocaron secuestros en Sanlúcar que involucraron a menores

Agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil han detenido a 35 personas, imputado a otras cinco y capturado 1.230 kilogramos de hachís durante una operación antidroga que ha permitido desarticular una organización criminal que se dedicaba a introducir hachís en la Península desde Marruecos por vía marítima y a robarles alijos a organizaciones rivales, lo que provocó secuestros y ajustes de cuentas.

La operación comenzó tras ser analizada la información obtenida en otras operaciones anteriores, en las que fueron investigados delitos de secuestro, extorsión, robo con violencia e intimidación, tenencia ilícita de armas y tráfico de drogas, según explica una nota del Ministerio del Interior difundida ayer.

Los agentes localizaron a una organización que se encargaba de robar la mercancía a otros narcotraficantes cuando estos la transportaban a territorio español por la desembocadura del Guadalquivir.

Para cometer los vuelcos (los robos de mercancía a otros narcos), esta organización infiltraba a algunos de sus miembros en otros grupos de narcotraficantes para sustraer la droga o poner localizadores en el estupefaciente. En otras ocasiones se disfrazaban de miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y simulaban a un operativo para incautar el hachís.

Cuando los miembros de la organización supieron que se iba a producir la introducción de un alijo de 1.500 kilos de hachís por la zona de la desembocadura del Guadalquivir, se prepararon para hacerse con el cargamento. Contaban con la ayuda de personas relacionadas con el narcotráfico de la provincia de Cádiz y con un hombre perteneciente a la banda de los propietarios de la droga en Marruecos. Éste tendría la función de instalar un dispositivo por satélite en uno de los fardos con el objeto de facilitar el seguimiento de la mercancía por territorio español.

De los 1.500 kilos de hachís, los volcadores robaron 1.230 que los agentes localizaron posteriormente ocultos en lo que se conoce como una guardería. Uno de los fardos contenía una baliza de posicionamiento por satélite.

El robo de estos fardos provocó que los propietarios de la droga contrataran un grupo de matones a sueldo que se desplazaron desde Madrid hasta Cádiz para ajustar cuentas entre organizaciones y recuperar la mercancía.

La primera acción de este grupo consistió en el secuestro en Sanlúcar de tres personas: un hombre, su hija de 8 años de edad y su sobrina de 9. Los secuestradores condicionaron la liberación a la presencia de un hombre y una mujer, familiares de los secuestrados, a quienes responsabilizaban del robo del hachís. Pasadas unas horas, las dos menores fueron liberadas por los raptores.

Días más tarde, se produjo el secuestro de tres vecinos de Sanlúcar que eran vinculados con el robo de 270 kilogramos de hachís. Unos vecinos observaron a varias personas armadas y dieron la voz de alarma, lo que provocó que interviniese la Policía y que los secuestradores huyesen en varios vehículos. Los agentes liberaron a una de las víctimas, que aún se encontraba atado de pies y manos, amordazado, con una capucha en la cabeza y con múltiples heridas causadas por los golpes que le habían propinado.

Las vigilancias se centraron en las provincias de Madrid y Málaga y en Algeciras. Allí, los agentes vigilaron durante varios días doce domicilios y dos establecimientos comerciales y lograron finalmente identificar y detener a los secuestradores.

Estas labores operativas resultaron muy dificultosas porque los investigados cambiaban constantemente de vehículos de alquiler y de zonas.

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