Provincia de Cádiz

Dolor e impotencia ante la muerte de la pequeña Nuria de sólo 9 años

  • Cientos de vecinos acompañaron a los familiares en el sepelio celebrado ayer La Guardia Civil ha iniciado una investigación

Cientos de personas acompañaron ayer con su presencia a la familia de la pequeña Nuria Ramírez Pérez, de 9 años, en el interior de la parroquia del Divino Salvador de Vejer, donde se ofició el sepelio ante un ataúd de color blanco colocado frente al altar mayor.

En los primeros bancos, familiares destrozados por tan irreparable pérdida, y con muchas interrogantes por la fatalidad de lo ocurrido. Fueron muchos los presentes, durante estas honras fúnebres, los que vieron sus ojos llenos de lágrimas cada vez que el sacerdote pronunciaba el nombre de la pequeña.

La iglesia se encontraba abarrotada, no había huecos, e incluso muchos vecinos se quedaron en la plaza del Padre Ángel, donde el coche fúnebre aguardaba con varias coronas, una de ellas aportada por el Ayuntamiento vejeriego, cuyo alcalde, José Ortiz, decretó ayer y hoy días de luto oficial en el municipio por tan irreparable pérdida.

El propio alcalde, y varios miembros de su equipo de gobierno, estuvieron presentes en las exequias, y en el pésame, donde fueron muchos los vecinos que así quisieron dar el último adiós a unos familiares rotos por el dolor, como el hermano mayor de la niña fallecida, que no encontraba consuelo entre los amigos que lo sujetaban para que pudiese mantenerse en pie.

El mayor trago para todos ellos fue el salir de la iglesia y acompañar el vehículo funerario en cuyo interior se encontraba el féretro con el cuerpo de Nuria, que el próximo año tenía previsto realizar su Primera Comunión y que ahora comenzaría sus estudios en cuarto de Primaria del colegio Sagrada Familia de Las Lomas.

La de ayer fue una jornada complicada, en la que hubo que volver al lugar donde ocurrieron tan fatídicos hechos. Se ha podido saber que la pequeña estaba sentada en uno de los pequeños bancos destinados a la colocación de los barreños con la colada para tenderla o recogerla de los tendederos. Cerca de ella tres niños se zarandeaban sobre los cables de acero que sujetan un grupo de tendederos, cuyo pilar, confeccionado de ladrillos y cemento se partió en dos, con la mala suerte de que uno de los trozos en los que se partió cayó sobre la pequeña, dejándole atrapado parte del cuerpo y la cabeza donde se le originó una fuerte herida sangrante.

Fue un vecino quien, tras percatarse de la gravedad de lo ocurrido, dio aviso al servicio de Emergencias 112 Andalucía, que de inmediato alertó a los efectivos sanitarios y policiales del núcleo urbano de Vejer, distante unos 9 kilómetros, y bomberos, que llegaron desde El Colorado. Aunque en principio se pudo sacar a la pequeña con vida, fallecía antes de llegar a la Barca de Vejer y cuando aún le faltaba a la ambulancia unos 47 kilómetros para llegar al hospital de referencia más cercano situado en Puerto Real.

La Guardia Civil y la Policía Local de Vejer realizaron las primeras indagaciones tras la evacuación de la pequeña, trasladándose ayer efectivos de la Policía Judicial para levantar acta del lugar y las posibles causas del siniestro, lo que dará paso a una investigación que coordina el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Barbate.

También queda por saber por qué esa zona, a la que se accede por una puerta metálica, no tenía ningún candado o cerradura que evitase o restringiese el paso de personas no autorizadas. Por ello, tanto Bomberos como la Guardia Civil colocaron bandas para impedir el paso, quedando precintado su acceso.

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