Javier Sánchez Rojas | Presidente de la Confederación de Empresarios de Cádiz

“Ya no lideramos la conflictividad pero sin conflicto no hay cambios; no me asustan”

  • Preside la patronal gaditana en su 40 aniversario y afronta 2019 con la vista puesta en la liberación del peaje, el corredor ferroviario, la nueva era de Navantia y los cambios institucionales

–40 años de la CEC. ¿Satisfecho de lo recogido del resto de la sociedad gaditana este año?

–Lo que hemos querido es agradecer y dar reconocimiento. Hicimos un acto en Puerto Real para reconocer a los sindicatos, fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, entidades que nos han acompañado, a la prensa... a todos los que nos han acompañado estos 40 años. Muy satisfecho y quedan cosas, porque no terminamos hasta mayo y estamos perfilando un acto en primavera.

–¿Qué diferencias destacaría con respecto a la organización y las empresas que había en la provincia cuando llegó?

–Como organización, hace 40 años había voluntad y luces largas. Hoy hay profesionalidad, un equipo magnífico y más capacidad, la que da el trabajo hecho en estos 40 años. Entonces los presupuestos eran inexistentes, lo que había era voluntad de querer tener una voz y alguien que los representara. Hoy gozamos de notoriedad, buena salud, presencia y esencia que son sin duda desarrollo del trabajo desde entonces. Me gusta mucho esa diferencia del blanco y negro al color. Hoy, más que color somos 3D. El mundo ha encogido mucho, ha cambiado y la manera de hacer empresas, salvo sectores muy tradicionales, también lo ha hecho.

–Como responsable de la CEC, ¿qué opina del acuerdo entre el Gobierno y los sindicatos sin contar con los empresarios?

–Pues que es un incremento unilateral del Gobierno al salario mínimo después de que en el diálogo social se había pactado llegar al mismo sitio pero desde el respeto a la libertad negociadora de las partes. Eso no es diálogo social, es monólogo social. No nos gusta que el Gobierno arremeta contra las negociaciones que sindicatos y empresarios hemos cerrado con una serie de hitos, para llegar casi al mismo sitio, pero durante 2019 y 2020. Y el Gobierno ha irrumpido como un elefante en una cacharrería para aumentar en un 23% el salario mínimo. Además, en el aspecto formal, es romper algo que las partes libremente y estimulados desde el diálogo social habían acordado. Con este Gobierno, que por la mañana dice una cosa y por la tarde ya veremos, uno no sabe a qué atenerse.

Javier Sánchez Rojas Javier Sánchez Rojas

Javier Sánchez Rojas / Lourdes de Vicente

"Para el próximo año, el principal reto llegará una vez más desde el factor institucional”

–Uno de los temas estrella de este año ha sido Navantia. Se acaba de firmar el convenio único y el plan estratégico. ¿Le preocupa el efecto que estos nuevos tiempos puedan tener en el empleo de industria auxiliar?

–Que Navantia tenga un plan estratégico es una magnífica noticia. En la edad que tengo, creo que es la primera vez que se habla de un plan con mirada larga. Es la primera vez que habrá un convenio único y todo lo que sea fruto de negociación entre las partes me parece que es para felicitarnos. Si los trabajadores lo firman es que lo ven adecuado. Pero me quedan varias reflexiones. Una, que cuando ya esté el plan firmado, la industria auxiliar quiere conocer ese plan estratégico, no sólo para lo que internamente pueda generar en Navantia sino para que nos permita adecuarnos. Pero si Navantia va a seleccionar personal sólo a cargo de los que ya trabajan en industria auxiliar, arreglamos un problema pero abrimos otro y quizás más grave. Porque el tejido que ha soportado todos los vaivenes es el que se quedaría descapitalizado. Sería bueno hablar.

–¿Han pedido una reunión?

–Sí, hemos cursado una petición a la presidenta de Navantia, Susana Sarriá, para que nos reciba o participe en algún tipo de foro y estamos esperando respuesta. Pero las expectativas del plan estratégico no son solo lo alarmante. Ahora hay un escenario que deberíamos intentar que Navantia mejore con el entorno de la Bahía las relaciones y la reputación.

–¿A qué se refiere?

–A que cuando se sale de aquí, Australia o cualquier otro país, o vienen representantes de la US Navy hablan maravillas de Navantia, pero no goza de credibilidad o solvencia en la opinión pública gaditana. Ahí tenemos que participar todos para recuperar esa opinión.

–Van a salir muchos prejubilados y entrarán nuevos empleados, pero serán menos. Las plantillas han dicho que sí sin protestas. ¿Le sorprende?

–Respeto lo que las partes negocien y firmen. Cuando uno elabora un plan así sabe de dónde viene. Pretende llegar a un destino y por medio hay una serie de hitos. Hace 40 años, si viéramos los datos de los astilleros, cambia mucho en tecnología y mano de obra. Lo que viene, ese Astillero 4.0 e incluso 5.0, no necesariamente es mano de obra extensiva o propia. La industria auxiliar cada vez ha ido cogiendo más valor y aportando recursos humanos, tecnología y crecimiento a la matriz. En Navantia nos hacen falta muchas gafas para ver de lejos, y no pararnos en lo que de inmediato deducimos o vemos un punto débil determinado.

–Ahora hay mucha presbicia...

–Eso pasa con la edad. Pero tiene solución, se ponen lentes y se ve mejor todo. Navantia tiene mucho que aportar en la Bahía y tendrá un sector empresarial dispuesto a colaborar.

"Si Navantia solo selecciona personal de las contratas se arregla un problema pero abrimos otro ”

–Hablando de otro asunto. La Línea, su alcalde, ha planteado la idea de considerar a su ciudad como autónoma para salir de los problemas que la acucian. ¿Es un modelo a seguir en otras ciudades gaditanas?

–El alcalde de La Línea cuenta con todo mi respeto, solidaridad y amistad. Pero no participo de esa idea. Quizás de esa propuesta lo que hay es un ejercicio más de hacer visible la situación alarmante social y económica de La Línea, pero de esta no salimos haciendo 45 ciudades especiales, porque cada una tendrá su problema. De esta salimos remando juntos, dando más oportunidad a todos de ser oídos, de obtener apoyos y solidaridad. Hay que hacer lo que sea necesario, pero ya, para que La Línea no sea farolillo rojo de una situación. Hay que hacer algo, plan de choque, plan especial, pero algo.

–¿Da por conseguido su reto de acercar el Campo de Gibraltar?

–Ni mucho menos. Estamos haciendo muchas cosas, tenemos un equipo magnífico allí. En la junta directiva del otro día se presentó un informe trasladando la situación lamentable de cómo llevan más de 50 días sin conexión por tren con Madrid. Que piense un ciudadano o una empresa de Jerez lo que está pasando un ciudadano o una empresa de Algeciras, que no tiene conexión ferroviaria para ir a Madrid para hacer gestiones, y se habla de que no la habrá hasta febrero o marzo. O somos capaces entre todos de ayudar a quien lo necesita, siendo como somos la octava provincia de España, o seguiremos teniendo este tipo de situaciones lamentables.

–¿Se cree el proyecto Lógica? ¿No cree que es un intento político para no quedar peor tras el fracaso de Aletas?

–En la última entrevista a principios de año aún no se sabía qué se iba a hacer. Ya se sabe qué se quiere hacer, dónde y cómo. Sigo creyendo en Lógica. Lo que cada vez me cuesta más creer es en los tiempos y en la burocracia, porque terminan siendo lo que genera el mal que después otros empiezan a usar en su beneficio y en contra del desarrollo de la provincia. Coincidió que el día que estaba prevista la firma del acuerdo de Lógica entre Junta y Gobierno, entonces en manos de PSOE y PP, que ya sólo eso hubiera sido noticia, pues se presentó la moción de censura y se paró todo. Cuando se retoma el acuerdo se han perdido meses.

Javier Sánchez Rojas Javier Sánchez Rojas

Javier Sánchez Rojas / Lourdes de Vicente

"La respuesta para Cádiz es más empresas pero eso no se hace sembrando dudas sobre el que viene a invertir”

–Pero, ¿sigue alguien interesado en instalarse?

–Hay empresas que nos dijeron claramente cuando estén ustedes listos nos avisan, porque el sur del sur es estratégico, en lo geopolítico y logístico.

–¿Y siguen esperando?

–Claro. El problema son los costes de oportunidad. Ahora hay que esperar que se constituya el nuevo gobierno de la Junta pero, claro, esto también ocurre en otros sitios, que no parezca marca Cádiz. Espero que la burocracia siga avanzando, todo lo que tiene que ver con la incorporación de Zona Franca, Autoridad Portuaria y el desarrollo de la sociedad mercantil. Cualquier cosa que sea distinta a seguir con Lógica no lo apoyo. Ahora estamos teniendo un coste de oportunidad, lo otro sería una pérdida de oportunidad.

–¿Y el año 2019?

–Creo que el mayor riesgo lo vamos a tener en el factor institucional, una vez más. Andalucía ha dicho claramente que hay que hacer un nuevo gobierno, que hay unos plazos. Lo que no nos podemos permitir es llevarnos otra vez 90 días parados. Después, las elecciones de mayo, cuando toque las generales y además todo el tema catalán, la deriva soberanista... tenemos un polvorín institucional que está generando no parón pero sí cierta moderación en el crecimiento económico. Las perspectivas de crecer al 2,8 se están rebajando al 2,5 y ahí ya empezamos a jugar con las cosas de comer. Eso me preocupa.

–¿Veremos el peaje liberado antes que Las Aletas?

–Digamos que sí, pero creo que será el año del fin del peaje. Pero este año tenemos que perseverar en la paz social. Hemos dejado de salir en los rankings de conflictividad y todos estamos percibiendo que nos está viniendo muy bien, que está cambiando la imagen de la provincia, triste y lamentable. Todo el armazón empresarial estará disponible para colaborar en esa paz social.

–¿En esto influye más la concienciación de quienes provocaban esa conflictividad o el hecho de que se haya producido un relevo generacional?

–Un poco de todo. Hay que recuperar la cultura del diálogo, del consenso y la negociación, que debe ser natural al ser humano. Sin embargo, por las razones que sean, no éramos capaces de generarlo y aquí todos hemos hecho un esfuerzo importante. Me preocupa que seamos capaces de mantenerlo el tiempo que sea necesario, aunque también digo que no me dan miedo los conflictos. Los conflictos tienen que ser, son lógicos y sin ellos no habría avances ni cambios. Pero la paz social es una infraestructura muy importante para los territorios .

–Hablemos de impuestos. Puerto Real, Chiclana y San Fernando anuncian que no repercutirán la tasa de basura a los ciudadanos. ¿Le parece un camino peligroso?

–Si se hace a costa de las empresas, desde luego que sí. Y si se hace a costa de subidas fuera de todo tipo de lógica y criterio de no agredir a quien crea puestos de trabajo, claro que sí. Ellos sabrán. En mayo son las elecciones municipales. Claro, como las empresas no votan, pero son las que crean empleo. Siempre apelo a ese partido en el que siempre intento militar y que me cuesta mucho esfuerzo, el PSC, el partido del sentido común. Algunos piensan que no lo tengo, pero todo lo que perjudique a aquello que en tu territorio crea empleo, habría que hacérselo mirar.

"Tenemos un polvorín institucional que está generando cierta moderación en el crecimiento económico”

–¿Cómo se encara el hecho de que Cádiz sea mes a mes la provincia de España con más movilidad laboral?

–Porque somos una provincia todavía con una base muy joven, con menos empresas, que no peores. Por tanto, toda persona en edad de buscar trabajo, si aquí no lo encuentra se tiene que ir fuera. La pregunta es por qué los que vienen aquí sí lo encuentran. Aquí ya estamos hablando de aptitud y actitud, de capacidad de movilidad. ¿Es que no somos todos consecuencia del mestizaje? Creo que es una bendición. Otra cosa es que no gusten las proporciones, pero es evidente que tiene que haber más movilidad en Cádiz con 1,2 millones de habitantes que Soria con 94.000.

–¿Es entonces una oportunidad?

–Bueno, es la traslación de una necesidad a la que hay que dar respuesta. ¿Cuál es la respuesta para Cádiz? Más empresas. Pero eso se hace siendo pro inversor, no se hace sembrando dudas sobre el que viene a invertir, sólo dedicándote a ser un buen pagador pero no un buen inversor. No se hace cambiando los asustaviejas por ahuyenta inversores, tardando 15 años en poner en marcha un plan como Aletas.

–Cuando se entra en las redes sociales, la gente se toma a guasa asuntos como Hyperloop, que desarrolla una empresa nacida en El Puerto como es Carbures, ahora Airtificial.

–No sólo la gente, habría que definir qué es gente. Son también los incrédulos que amparados en el anonimato pretenden cargarse el trabajo de mucha gente con sentido común que intenta avanzar y crear riqueza. Y me parece lamentable que tengan parecido eco sin dar la cara que quienes sí la dan.

–¿Cuál es su carta a los Reyes Magos?

–Pues me baso en datos esperanzadores: que en 2019 tengamos 50 ó 60 empresas más como ha ocurrido este año, de más de 50 trabajadores. Tenemos ahí un reto importante, crecer en empresas que son las que más crecimiento exponencial pueden tener. Perseverar en la paz social, cuidar mucho a todo el que da el paso adelante para crearse su propio empleo, que tiene más mérito que la gran multinacional que pueda venir. Y ver la puesta en marcha del corredor ferroviario, de Lógica y ver quitar la valla del peaje. Y que como organización sigamos siendo capaces de ser punta de lanza de lo que los empresarios sienten y padecen. Y salud.

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