Difícilmente, tanto incrédulos como crédulos, podían imaginar el 1 de enero de 1986 el impacto que la entrada de España en la Comunidad Económica Europea ha tenido en la provincia. Pisamos, conducimos, vivimos y hasta comemos Europa y no hay ciudad que no deba algún tramo de carretera o alguna obra urbana o medioambiental a los fondos comunitarios. En estos 23 años, Andalucía ha sido permanentemente Objetivo 1 de los fondos estructurales, una condición de privilegio reservada a aquellas regiones que no alcanzan el 75% del PIB (Producto Interior Bruto) medio europeo. Pero la incorporación de los países del Este ha deparado una nueva configuración en el Consejo Europeo y la comunidad andaluza dejará de tener esta consideración económica especial a partir de 2013. El apoyo económico de la UE se volcará entonces plenamente con los diez nuevos estados de la Unión y Andalucía deberá volar sola. La cuenta atrás está en marcha porque el actual marco comunitario, 2007-2013, será el último como Objetivo 1, de ahí la imperiosa necesidad y prioridad que supone el aprovechamiento máximo de los fondos disponibles para este periodo.

Las vías de entrada del capital comunitario son los fondos estructurales y el de cohesión. Sin duda, el que ha dejado más dinero en la provincia ha sido el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder). Estas siglas, tan familiares, han figurado en la cartelería de numerosas obras a lo largo y ancho de la geografía gaditana, pero hay dos que han destacan por su importe y su contribución a ese objetivo principal de cohesión territorial: la autovía Jerez-Los Barrios (A-381) y el AVE, que en el periodo 2000-2006 ha recibido de Europa, a través del Ministerio de Fomento, 55,6 de los 85,6 millones de coste total. Pero los Feder también han tenido un carácter muy social que se ha plasmado en la mejora de los equipamientos sanitarios y educativos a través de iniciativas de gran calado como la reforma de los hospitales Punta Europa y La Línea o la expansión y renovación de los cuatro campus universitarios.

El segundo programa con mayor repercusión económica a nivel provincial ha sido el IFOP, Instrumento Financiero de Orientación Pesquera, que sólo en el periodo 2000-04 reportó 72 millones de euros a la provincia. Estos fondos se han destinado a la subvención de proyectos empresariales, a la construcción, modernización y retirada de barcos, a programas de protección y desarrollo de recursos pesqueros y a obras en instalaciones portuarias.

Pero si hubiera que identificar una iniciativa europea con un impacto directo y básico en la vida diaria de los gaditanos ésa sería el Fondo Social Europeo. A través de esta iniciativa comunitaria llegan todas las subvenciones de empleo, desde la formación y la inserción de colectivos desfavorecidos como la mujer y los jóvenes hasta la contratación. Cada euro de formación continua, de cualificación de parados o de incentivo a la contratación tiene el sello de la cofinanciación europea (Comunidad Autónoma y CEE). Además, Cádiz ha sido objeto en este campo de una ayuda muy especial: el nuevo Fondo Europeo de Adaptación a la Globalización otorgó el año pasado una ayuda por valor de 10,5 millones para los más de 1.500 trabajadores de Delphi. La UE reconoció de esta forma que el cierre de la factoría de Puerto Real era un caso de deslocalización industrial y aportó más de 1.700 millones de las antiguas pesetas para ayudar a este colectivo a recolocarse.

Junto con el Fondo Europeo de Orientación y Garantía Agrícola (Feoga) para el campo gaditano, hasta aquí llegan los fondos estructurales. En el apartado de fondos de cohesión, las inyecciones económicas se dirigen a proyectos medioambientales y otros de carácter estatal adjudicados desde Madrid. En la provincia, la huella de esta iniciativa comunitaria ha quedado impregnada en el desarrollo, tanto viario como de infraestructuras, del muelle de la Cabezuela; en la construcción de Estaciones de Depuración de Aguas Residuales (EDAR), como las de Cádiz-San Fernando, Costa Ballena o La Línea; y en la creación de redes de abastecimiento de agua a escala supramunicipal, lo que ha hecho posible posteriormente la creación de sistemas coordinados como el Consorcio de la Zona Gaditana (18 localidades).