Provincia de Cádiz

Formar como arma comercial

  • El éxito del programa de formación de Navantia a la dotación de los buques que ha construido para Venezuela lo convierte en un referente de la empresa para la promoción y captación de clientes

Navantia ha completado esta semana el programa de formación de las diferentes dotaciones de los Buques de Vigilancia Litoral (BVL) y los Patrulleros Oceánicos de Vigilancia de la Zona Económica Exclusiva (POV) que se han construido en las factorías de la Bahía para la Armada de Venezuela, y en cuya actuación resta la entrega del último buque: el Kariña. El éxito del programa, con un altísimo nivel del satisfacción entre quienes lo han recibido, lo convierte en un referente dentro de la empresa de construcción naval española. Un elemento diferencial en estos tiempos de competencia voraz en plena crisis que ha permitido a Navantia encontrado un nuevo arma de promoción y captación de clientes.

El día 1 de este mes finalizó el adiestramiento de los marineros y oficiales de este buque y con él un programa al que se han sometido más de 5.000 alumnos. Ahora resta la entrega de este último buque de los que el acuerdo con Venezuela contemplaba su construcción en la Bahía para la conclusión de esta relación comercial que ha abierto no sólo un nuevo mercado, sino que le ha permitido a Navantia encontrar en su propia casa un elemento de excelencia fundamental en estos tiempos y clave para reforzar su posición en el mercado.

Las cifras del programa de formación son impresionantes. Empezando por el nivel de satisfacción que han mostrado los receptores venezolanos en las diferentes encuestas: un 94,71 por ciento. Un programa por el que han pasado 5.138 alumnos que se han sometido a 418 cursos en todos las facetas relacionadas con las embarcaciones. En total 119.897 horas desde que comenzó el adiestramiento el 13 de julio de 2009 hasta que esta semana se celebró el acto de clausura.

Una formación que se ha centrado en las instalaciones de la propia Navantia en la Bahía (el 56 por ciento del proceso se ha desarrollado en ellos) donde las dotaciones de los diferentes buques se desplazaban para recibir estas clases. Un 13 por ciento del tiempo y los cursos se han desarrollado en las sedes de los proveedores europeos que ha empleado la empresa española para dotar estas embarcaciones. El 30 por ciento restante se ha desarrollado en el territorio venezolano.

En este tiempo, el programa ha ofrecido una formación integral al personal venezolano, con cursos en todos los aspectos relacionados con los buques. Desde el manejo y la operación del barco y sus sistemas, hasta el mantenimiento de los mismos, tanto a bordo como en tierra, llegando a la formación para la construcción, con transferencia tecnológica para la misma (uno de los apartados en los que más hincapié hicieron las autoridades venezolanas durante la negociación para cerrar este contrato).

Todas estas características le hacen ser el programa de formación más ambicioso de los que se han llevado a cabo en Navantia y que ha significado un rotundo éxito, tal y como refleja el resultado final, refrendado por el nivel de satisfacción de los alumnos venezolanos.

La presencia del vicealmirante Jerson Padrón García, jefe de la misión Naval de Venezuela en España, en el acto de clausura de estos cursos atestigua la importancia y el valor que la república americana ha dado a este programa. Algo que se vislumbró desde las negociaciones para firmar este contrato que está a punto de expirar y que se ha incrementado a lo largo del desarrollo del programa.

Tanto Padrón como el comandante del 'Kariña' expresaron en el acto de clausura de este programa su satisfacción por la formación adquirida por la Armada Bolivariana de Venezuela, así como coincidieron en destacar la implicación en todo el proceso del equipo de formación de Navantia en la Bahía de Cádiz , encabezado por el jefe de Desarrollo, Enrique Tarancón, y el jefe de Formación al Cliente, Miguel Ángel Puchi.

Por su parte, el director de las factorías de Navantia en la Bahía de Cádiz, Fernando Miguélez, destacó la importancia que para la empresa ha supuesto acometer, confeccionar y desarrollar con éxito un programa del calado del que acaba de concluir. "Para Navantia era y es un reto porque ha sido el programa de formación más ambicioso de toda su historia, y hemos hecho ya muchos programas y muchos grupos de formación", asegura Miguélez quién destaca también el hecho de que la formación ha abordado "todos los aspectos del barco".

El nivel de satisfacción del 94,71 lo convierten en un programa de excelencia del que Navantia quiere tirar para buscar nuevos negocios en unos tiempos complicados para el sector.

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