El nuevo buque de proyección estratégica 'Juan Carlos I' evaluó ayer su capacidad para las operaciones anfibias en aguas de Rota dentro de los ejercicios que está llevando a cabo para su puesta a punto el nuevo y más grande barco de guerra de la Armada. El Rey fue el supervisor especial de estos ejercicios en su primera visita a la nave que lleva su nombre. Resultó un primer viaje marcado por el fuerte temporal de levante que impidió la salida a la mar en un principio, en la mañana, aunque finalmente se navegó unas horas cerca de la Base Naval. "Son la cosas de la provincia de Cádiz", dijo uno de los responsables de las maniobras.

Las malas condiciones meteorológicas impidieron que estas pruebas, que supervisa el Centro de Evaluación y Certificación para el Combate (Cevaco) y que se encuentran ya en la cuarta de un total de cinco fases, se hicieran en mar abierto, aunque se realizaron como si así fuera. Durante la jornada, el Monarca pudo observar cómo se resuelve un accidente de helicóptero en la cubierta del barco, cómo atienden a varios heridos de un vehículo incendiado y cómo desembarcan las tropas para actuar en cualquier operación. En éste último, el ejercicio más vistoso, participaron varias decenas de infantes de marina del TEAR de San Fernando además de la propia dotación del buque, con vehículos anfibios AVV-7 para el transporte de tropas y lanchas de desembarco. En total, más de 300 hombres y mujeres trabajaron ayer en la evaluación. Ya navegando, se pudo comprobar cómo un helicóptero aterrizaba con el barco en movimiento.

Los distintos ejercicios sirvieron además para que el Rey y los demás presentes recorrieran por primera vez el nuevo buque de la Armada. El puente de mando, la cubierta de vuelos, el garaje de carga, el hangar, el dique o la zona de vehículos pesados fueron los lugares donde se desarrollaron las pruebas y donde quedaron patentes algunas de las capacidades de combate del 'Juan Carlos I'. En el mes de mayo, el buque comenzará un crucero de resistencia donde se probarán todas sus capacidades en conjunto para que, según las previsiones, esté operativo para actuar en cualquier misión que se le encomiende a finales de septiembre.

Antes de terminar la visita, el Rey no perdió la oportunidad de departir con la dotación y enorgullecerse de las capacidades del nuevo barco, cuyo comandante le dio un obsequio para que recuerde esta primera subida a bordo. Pasadas las cinco de la tarde, con un levante ya sin fuerza, el 'Juan Carlos I' regresaba al muelle 4 de la Base de Rota.