Intento de rapto

El secuestrador de Chiclana "llevaba la mirada perdida"

Los padres y las jóvenes entran en el centro educativo Fernando Quiñones para hablar con la directora.

Los padres y las jóvenes entran en el centro educativo Fernando Quiñones para hablar con la directora. / Sonia Ramos (Chiclana)

"Maestra estoy asustada", decía una menor de 16 años que padeció el acoso de un hombre que asomaba en la valla de su instituto de Chiclana cuando el individuo la llamaba insistentemente para que se acercara con la pretensión de raptarla. El individuo mostraba un papel en el que supuestamente ponía que su padre le daba permiso para llevarla a su casa. Incluso llegó a entrar en el centro educativo tras llamar al telefonillo de la puerta, según aseguran algunos progenitores de las niñas.

Los padres con tres de las jóvenes afectadas estaban esta misma mañana frente al instituto Fernando Quiñones con la intención de hablar con la directora de cara a pedir explicaciones, ya que en ningún momento se llegó a llamar a la Policía para alertar de que en los alrededores había un sujeto "que no paraba de decirnos cosas", se quejaba una de las niñas.

Los padres de una de las niñas afectadas barajan llevarla al psicólogo

La madre de otra de las menores manifestó que el individuo, de 39 años, llegó a abordar a su hija por la calle y la agarró con fuerza por el brazo para meterla en el coche. "Aunque son lesiones leves, tiene moratones. Pero lo peor es el miedo que aún lleva dentro. Por eso, estamos barajando llevarla a un psicólogo si no mejora", decía la mujer. La presencia de varios compañeros de clase la salvó de un rapto seguro al acoplarse con ellos y alejarse rápidamente del lugar. De hecho, los padres resaltan que el individuo llevaba presillas en el maletero del turismo con las que atar e inmovilizar a sus víctimas. Al parecer, también acosó a otra joven junto al pabellón Huerta Rosario, muy cerca del reseñado instituto.

En total fueron cuatro menores, entre 15 y 16 años, las que vivieron el terror a plena luz del día y, según señalan, se han llevado toda la noche sin dormir. Acudieron al cuartel de la Guardia Civil junto a sus padres sobre las cuatro de la  tarde de ayer en el que permanecieron hasta sobre las dos de la madrugada una vez que se prestó declaración, identificado el agresor y cursadas las respectivas denuncias. "Aún se me viene  a la cabeza su cara. Llevaba la mirada perdida", manifestaba aún con el miedo en el cuerpo una de las menores. 

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