Seis barcos de cerco con base en Barbate regresaban en la mañana de ayer al puerto pesquero de la Albufera con sus bodegas repletas de cajas de boquerones. Fueron más de 5.000 las cajas que salieron a subasta a un precio que rondó los 37 euros por cada caja de 10 kilos, lo que devolvía la confianza a los subastadores y a todas las acciones que se generan con la vuelta a la actividad en este puerto.

Era el regreso a la normalidad tras una primera jornada desoladora en la que ninguno de los barcos que fueron a aguas de Marruecos pescó nada, haciendo presagiar un mal comienzo tras los meses de parada técnica. Esta situación se suele producir siempre en cada regreso, dado que salen pasadas las doce de la noche, y la llegada al caladero lleva implícita unas seis horas de travesía. Una vez situados, sólo es cuestión de tiempo para lanzar las redes sobre los boquerones y que acudan a la luz para comer, momento en el que son capturados.

Antonio Quintino, uno de los subastadores, usaba el clásico grito de "300 cajas hay aquí, 300 de boquerón", haciendo un llamamiento a los distintos compradores y exportadores para que se preparasen para la puja que comienza siempre a 50 euros por caja. Se trataba de una partida de 300 cajas del pesquero Nuevo Francisco e Isabel. A su grito "se está vendiendo", comenzó el descenso poco a poco, hasta que se paró en los 37,5 euros, siendo el distribuidor Petaca Chico el que se quedó con el lote, a excepción de varias cajas que compraron 'los placeros', como se conoce a los pequeños empresarios de la plaza de abastos que hoy podrán exponer en su puestos la mercancía subastada ayer.

Aunque cada kilo de boquerón salga a subasta a unos 38 euros, hay que sumarle otra serie de gastos que elevan la cifra hasta algo más de los 4 euros. Finalmente, en el mercado se podrá encontrar a un precio superior a los 6 euros por kilo aproximadamente. Cada kilo puede llevar 43 piezas de boquerón.

El subastador Andrés Barrera esperaba "que esto dé otro giro, porque en la lonja la estábamos pasando canutas, ya que llevábamos cinco o seis meses pasándolo mal tanto vendeduría, fábrica de hielo, exportadores, envases, ferreterías, comercios, todo", se lamentaba.

Por su parte, Miguel Varo, patrón del pesquero Nuevo Francisco e Isabel' decía que lo habían pasado "un poco mal el primer día porque no vieron nada, pero finalmente todo fue bien para los que dieron con la pesca". En este sentido, puntualizó que "cuando pusieron las luces a unos le entraba pescado y a otros no".

La cara negativa la pusieron dos barcos que no lanzaron sus redes al no hallar bancos de boquerones. Quedaron fondeados a la espera de mejor suerte esta pasada noche.