La Corporación municipal del Ayuntamiento de Barbate llega al ecuador del presente mandato municipal de Miguel Molina (AxSí), donde las urnas le dieron una mayoría holgada, con 17 de los 21 concejales que la conforma. El resto, fueron dos ediles para el PSOE y otros dos para el PP.

Esa mayoría, le ha permitido tomar algunas decisiones, que incluso no han gustado en el seno del equipo de gobierno, y que ha tenido algunas bajas en estos dos primeros años. Un periodo de tiempo donde las críticas se han intensificado desde los dos grupos de la oposición por el número de contrataciones que se han realizado en el Ayuntamiento. Unas divergencias que han salido a la luz incluso con algunos técnicos, como ha ocurrido con el Interventor municipal.

Una de las grandes losas contra las que sigue luchando Miguel Molina pasa por la deuda que se mantiene con la Agencia Tributaria y la Seguridad Social, que va en aumento cada mes, y que se pretende ahora solventar de un plumazo, acogiéndose a Fondos de Ordenación que propone el Estado. Se baraja la petición de unos 64 millones de euros.

Cada año esa deuda se incrementa en casi tres millones de euros. Con estos Fondos de Ordenación, se trata de congelar la deuda y que la Corporación pueda acceder a subvenciones a las que Barbate no ha podido acceder prácticamente nunca en este periodo democrático. Con todo ese esfuerzo ha permitido hacer “una Administración cada vez más moderna que ha sabido en estos años duros, aguantar el peor momento y que estamos cada vez más reforzado para afrontar los buenos momentos que van a venir”, expone la primera autoridad local.

Un paso que ahora se pretende dar sin problemas dada la mayoría que se ostenta, ya que hace unos años, esta misma propuesta fue rechazada por los grupos de la oposición que sumaban un mayor número que los miembros del gobierno municipal, quedando rechazada.

En la cuestión económica es donde saca pecho el gobierno que lidera, Miguel Molina. Así, asegura que se ha conseguido pagar las deudas de la Diputación (2,2 millones de euros) y de la Hacienda Andaluza (3,8 millones de euros), quedando por pagar otras deudas de la Mancomunidad y del Consorcio de Basura que pretenden afrontar como han hecho hasta ahora.

En estos dos años del segundo mandato del andalucista, Miguel Molina, se tenía pendiente darle vida al río Barbate poniendo en valor los suelos de la margen contraria al casco urbano. El desarrollo de las unidades de ejecución como la B7 (Zapal) o B15 (Avenida Juan Carlos I), donde además de viviendas sociales, están previstas más de 300 nuevas casas entre Barbate y Zahara de los Atunes, estando prevista la construcción de una residencia de mayores. En el apartado turístico se busca poner en marcha proyectos como el de Bogaris, que conllevaría la creación de un campo de golf o en Zahora, con la creación de plazas turísticas.