Festival Cabo de Plata 2019

Nach: "Yo vengo del rap que pone el puño en alto"

El rapero Nach, en una imagen reciente.

El rapero Nach, en una imagen reciente.

–¿Cómo va el viaje de ‘Almanauta’?

–Estoy muy contento. Es un disco que ha acogido muy bien la gente que no me había escuchado nunca, pero que también ha sido bien recibido por la gente que me venía siguiendo porque han visto que sigo siendo el mismo pero yendo y visitando otros universos también. Y, por mi parte, creo que es el disco más completo que he hecho a nivel musical y a nivel de meterme en mi universo y sacarlo afuera, y, sobre todo, es muy satisfactorio ser consciente de que después de tanto tiempo seguimos currando y currando bien. Eso es un privilegio.

–"Años frente a un papel...", dice al principio de 'Los zurdos mueren antes'. Décadas, 20 años, frente a un papel haciendo rimas. ¿Qué es lo que le impulsa a seguir?

–Pues justo lo que te he dicho antes, pensar que esto es un privilegio y que no quiero perderlo. Con los años uno busca cómo estar adicto a la motivación, busca las maneras de motivarse porque es muy fácil caer en la desidia, en la repetición y, por tanto, en el aburrimiento. Pero si empiezas a buscar por otros lados pues encuentras maneras de divertirte. También me funciona mirar al pasado, a mis primeros años, y buscar esa energía, recordar el porqué lo hacía. Así que muchas veces intento mirar de frente a aquel chaval de 20 años y pienso que si he llegado hasta aquí pues que es interesante seguir caminando a ver a dónde puedo seguir llegando. Sobre todo, lo más importante, es que me levanto por la mañana y se me ocurre un tema nuevo y estoy deseando de plasmarlo en el papel y de irme al estudio y ver cómo suena, como he hecho toda la vida.

–Oiga, ¿y qué le diría a ese chaval de 20 años si lo tuviera ahora mismo delante?

–Que no se preocupara tanto, que todo lo que ocurra va a ser parte del camino y que cuando llegue el momento de madurar e ir creciendo, que lo va a hacer de manera natural, así que no tenga prisa pero que no se duerma en los laureles. Le diría que él es diferente, que tiene un don pequeñito que tiene que ir puliendo con los años y que le va a sacar partido, así que no sienta vergüenza y que vaya con la cabeza muy alta por todos lados, porque si pule eso que lo hace diferente va a brillar y no para ser mejor que nadie, sino para darle un sentido a la vida.

–Don del uso de las letras el suyo pero en un mundo donde manda el número, ¿dónde queda la palabra?

–Es cierto lo que dices de un mundo donde manda el número, en las redes sociales, por ejemplo, todo es número, ¿cuántos seguidores?, ¿cuántos likes?... Pero la palabra sigue ahí y hay muchos chavales jóvenes que acuden a la palabra porque en un momento de decorado numérico todo eso acaba vaciando al ser humano y el ser humano, al final, siempre necesita llenarse, y ahí está la palabra que da motivación, ánimo, que explica lo que le pasa al otro, la palabra para dar empatía, para producir sensaciones, para producir reacciones, para hacer sentir y para convertirnos en humanos, al fin y al cabo. La lucha entre el número y la palabra es también la lucha entre el comercio y el dinero y el conocimiento y la reflexión. Y esa lucha a veces es difícil pero nuestra naturaleza no va a dejar que el número gane la partida. O eso quiero pensar...

–Usted hablaba del futuro del planeta cuando pocos lo hacían, ídem con el racismo. ¿Qué es lo que le preocupa ahora?

–Sobre todo me preocupa que avanzamos en muchos aspectos pero retrocedemos en otros. Y vuelvo a la empatía. Retrocedemos en ponernos en la piel del otro y por eso aparecen ciertos partidos políticos, populismos, mensajes basados en eslóganes fáciles que nos impiden pensar más y que amparan discursos que cada vez se radicalizan más. Eso me preocupa mucho porque lo veo a nivel político, a nivel social y en mi entorno cercano. Pero espero que estos cuatro pasos para atrás que estamos dando luego supongan el doble para adelante. No sé si es que el humano aprende de esa manera, aunque es bastante jodido...

–¿Y en el hip-hop sería necesario dar unos pasos atrás para dar esos otros cuatro adelante? Lo digo porque parece que la gente joven está más engachada al trap... No sé, ¿quizás el rap debería de mirar más a sus orígenes, agarrarse a sus principios, para fortalecerse?

–A ver, es que depende de cada artista... Yo también entiendo que los chavales que hacen trap es que vienen de otra generación, en su estudio tienen mucho más acceso a todos los efectos tecnológicos, prueban el 808 y les parece más cool. Y a mí todo eso me parece muy bien. Yo lo que pasa es que vengo del rap con mensaje, del rap que realmente pone el puño en alto y dice cosas que valen la pena. Así que, a veces, echo de menos esa lírica, esos malabarismos y ese ingenio pero, bueno, ellos también cuentan sus cosas de otra manera. De todas formas pienso que esa esencia no se ha perdido, sigue habiendo muchísimos grupos que hacen ese rap de esencia. Creo que el hip-hop, como esa rama más gruesa del árbol, pues sigue teniendo esa fuerza y no se va a romper. Lo que sí echo de menos es que esto era antes más un movimiento donde todos estábamos unidos por algo que considerábamos nuestro y que nos servía para mostrar nuestra personalidad y nuestra actitud frente a lo que no nos gustaba. Eso se ha perdido un poco, pero también hay que aceptar que los tiempos van cambiando y las nuevas generaciones han crecido de otra manera. Yo lo veo normal, y aunque me guste más la música, no sólo el rap, la música en general, de antes, no quiere decir que no disfrute y me diverta con algunas cosas que se hacen ahora con mucha calidad.

–Esa desaparición del hip hop como movimiento o, incluso, ese cambio generacional de gusto, está, quizás, motivado porque hemos perdido la calle, el parque, el cara a cara... No sé...

–Sí, yo creo que sí. Aunque también con las redes sociales se está en contacto, pero de otra manera. Es que todo tiene pros y contras... A mí me encantan las redes porque me permiten interactuar con gente de otros países super rápido, puedes trabajar con ellos y hacer cosas muy interesantes, pero, claro, no me gustan como lugar de construcción de imágenes superficiales de las personas o lugar donde la verdad y el fake se entremezlan y confunden. De todas formas, sí es cierto que creo que falta ese estar todos juntos en un lugar, reunirnos en un parque y ponernos a hacer cosas juntos. Creo que antes nosotros mostrábamos nuestra verdad, fuera mejor o peor, pero, simplemente, intentábamos mostrarla pero ahora todo el mundo quiere ser alguien pero con una foto. A mí lo que no me gusta es que la tecnología no nos deje ser quiénes somos y nos convierta en seres más robóticos y vacíos, más todos iguales para no salirnos del tiesto. Eso me jode, pero eso depende de cada uno. Hay mucha gente que, por ejemplo, utiliza sus redes para buscar a más gente para luchar por un fin común o para protestar por algo que considera injusto. E, insisto, esa comunicación global que permiten las redes es grandiosa. Que yo suba un vídeo en instagram y la gente que me escucha me pregunte y que yo pueda reponderles y estar en contacto con ellos... Eso es maravilloso.

–¿Ganas de Barbate?

–Muchas pero me da pena que no me va a dar tiempo de disfrutar ni de Barbate ni de Cádiz porque tengo citas antes y después en otros lugares. Ahora todo lo que tiene que ver con el festival tengo muchas ganas porque es energía, adrenalina y me apetece mucho actuar allí pero, vaya, que a mí siempre me gusta disfrutar de las ciudades a las que voy.

–¿Le gustan los festivales?

–Es diferente a los conciertos. En mis conciertos tengo más tiempo para hablar con la gente, para estar en un ambiente mucho más de cara a cara con el que te sigue, pero los festivales te permiten poner en pie un show poderosísimo. Llevo una parte audiovisual que cuenta mi historia, y los festivales permite que eso se vea de una manera más espectacular. Está guay.

–Sé que anda metido en el estudio, ¿qué tiene por ahí?

–Pues acabo de terminar mi segundo libro de poesía que lo voy a editar con Planeta. Ya está entregado y saldrá en otoño, Silencios vivos se llama. Y ahora ando metido en el estudio bastante, currando en nuevas canciones, tengo mucho material escrito, realmente no paro, y necesito sacarlo y estoy dándole forma en el estudio, poniéndole música a todo. Así que creo que después de verano habrá nuevos singles míos por ahí.

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