Provincia de Cádiz

Navantia se trae de regreso al personal que quedaba en Venezuela

  • Asistía y supervisaba la puesta a punto del último de los ocho buques que se han construido para la Armada venezolana

Botadura de uno de los buques construidos en San Fernando para la Armada de Venezuela.

Botadura de uno de los buques construidos en San Fernando para la Armada de Venezuela. / E.P. (San Fernando)

El conflicto de Venezuela pasa de puntillas por los astilleros de Navantia-San Fernando, donde el regreso urgente del personal de la empresa pública que estaba trabajando allí –ante la deriva de los acontecimientos de la última semana– apenas ha causado impacto. La normalidad es absoluta en la factoría isleña, que hace menos de una década mantenía una estrecha relación con el país sudamericano gracias al contrato de 1.300 millones de euros para la construcción de ocho buques que se firmó durante el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. El primero de ellos, por cierto, se botó en San Fernando en octubre de 2008.

El personal destinado en Venezuela para asistir y supervisar la puesta a punto del buque de vigilancia del litoral Comandante Eterno Hugo Chávez –que es el último de los ocho recogidos en el contrato, cuya construcción se ha llevado íntegramente en ese país– era mínimo. Tan solo cuatro personas, según la información facilitada por Navantia, que no llegó a especificar si se trataba de trabajadores de la Bahía. Al menos una de ellas pertenece a la factoría de San Fernando, apuntaron también por su parte fuentes sindicales al hacerse eco de la noticia y al confirmar la absoluta tranquilidad que existía en la factoría al respecto. En Venezuela, reconocieron, ha estado trabajando personal de La Isla durante todo este tiempo, aunque no ha sido un grupo numeroso ya que se trataba fundamentalmente de asistencia técnica para la construcción del último buque de vigilancia del litoral. Y, en la recta final de dicho contrato, incluso habría descendido.

El regreso del personal de Navantia se atribuyó inicialmente a la retirada del apoyo a Venezuela por parte de la empresa pública dada la deriva de la crisis y el posicionamiento adoptado por el Gobierno español. No obstante, fuentes oficiales de Navantia aseguraron ayer a este periódico que los cuatro trabajadores que estaban en el país sudamericano han regresado a España atendiendo exclusivamente a "razones de seguridad y siguiendo las recomendaciones de Exteriores". No significa –puntualizaron– "ningún cambio en nuestro apoyo al programa que ya está en pruebas de mar y casi finalizado". De hecho, Navantía mantiene allí a personal subcontratado para seguir adelante con dicho programa.

La incidencia es mínima, apenas quedaba personal en el país sudamericano

Fue en abril de 2012 cuando se botó en los astilleros de Puerto Real el Kariña, que fue el último buque para la Armada de Venezuela que salió de la Bahía. Anteriormente lo hicieron el Guaiquerí, el Warao, el Yecuana, el Guaicamacuto, el Yavire y el Naiguatá. El acuerdo alcanzado en 2005 entre ambos países contemplaba la construcción de ocho buques: cuatro Buques de Vigilancia Litoral (BVL) y otros cuatro Patrulleros Oceánicos de Vigilancia de la Zona Económica Exclusiva (POVZEE). Fueron más de ocho millones de horas de trabajo para el sector naval –especialmente para los astilleros de San Fernando y Puerto Real– durante 2009 y 2010. Entre plantilla y contratas, apuntaban entonces fuentes sindicales, trabajaron durante estos años en los diques gaditanos cerca de 7.000 personas. Pero además, decenas de militares de la Armada venezolana convivieron en la Bahía durante la construcción de estos buques, una prolífica relación de la que hoy había quedado reducida a esa presencia mínima para la puesta a punto del último buque.

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