José Miguel Guerrero | Presidente de Confemetal

“La industria naval de la Bahía de Cádiz se mantiene en un nivel razonable”

  • La patronal del metal, que aglutina a 220.000 empresas y más de 1,5 millones de trabajadores en España, advierte que la desaceleración económica “es más intensa de lo previsto inicialmente”

José Miguel Guerrero, presidente de Confemetal.

José Miguel Guerrero, presidente de Confemetal. / Fito Carreto

José Miguel Serrano (León, 1956) es desde enero de 2018 el presidente de Confemetal, la patronal de un sector formado por más de 220.000 empresas que emplean a más de 1,5 millones de trabajadores y generan el 8,3% del Producto Interior Bruto (PIB) y el 42% de las exportaciones españolas. Serrano, que estuvo esta semana en Cádiz con motivo de la asamblea de la Federación de Empresarios del Metal de Cádiz (Femca), advierte de la pérdida de actividad económica a la par que reclama un pacto de estado por la industria.

–¿Cómo le está afectando la incertidumbre política y económica al sector del metal?

–Le está afectando, sin ninguna duda. La desaceleración es más intensa de lo que se preveía inicialmente. En lo que respecta a la actividad de la metalurgia. en agosto cayó un 10,6% en el mes de agosto en términos interanuales, según el INE. Otro indicador que suele ser muy fiable es el índice de confianza de los empresarios, y éste ha caído al 47,5%.

–¿Se debe a factores propios de la economía española o hay que mirar fuera de nuestras fronteras?

–Ambas cosas son importantes. Es evidente que afecta la situación política de España de inacción de gobierno en los últimos dos años ha hecho que no se continúe con el proceso de reformas. Y también afecta la situación internacional con la guerra comercial o el Brexit, que no termina de aclarar su resolución. El metal es el responsable del 42% de las exportaciones de España, y el 69% va a la Unión Europea.

–La guerra comercial con EEUU afecta por ahora a la agricultura andaluza. ¿El sector del metal teme más repercusiones?

–Ya le está afectando. Una de las actividades del metal, y más en Andalucía, es la fabricación de maquinaria para el sector agroalimentario, y si continúa adelante la guerra comercial, también sufrirá.

–¿Y el Brexit?

–Va a tener impacto, estoy convencido. Reino Unido es un mercado muy importante. Concretamente, el segundo para nuestra industria de la automoción. Y cualquier barrera que se imponga va a tener un impacto.Pero he de decir que muchas empresas que operan en el Reino Unido han establecido planes de contingencia de cara a minimizar ese impacto. No será fácil, pero primero tenemos que ver cómo termina porque aún no sabemos el desenlace.

–Una de las quejas del sector del metal es la falta de mano de obra cualificada. ¿Se ha desperdiciado la recuperación de la economía para revertirla?

–Hay que diferenciar la educación reglada, que es una de las reformas pendientes de la administración, y la cualificación para ocupados, donde incluyo la FP. La falta de trabajadores cualificados es un denominador común de muchos sectores, especialmente el metal. La excesiva demonización de esta cualificación ha hecho que deje de ser una prioridad para las administraciones. En el desarrollo de los itinerarios formativos deberían participar los empresarios con el objetivo de que se ajusten a las necesidades reales de las empresas.

–Uno de los pilares de la Bahía de Cádiz es la industria naval. ¿Por qué es tan difícil construir barcos en España?

–La razón, como pasa en todo sector industrial, es la falta de competitividad de las empresas. Pero creo que la Bahía de Cádiz mantiene un nivel de actividad razonable, entre construcción y reparación.

–Y de Algeciras vienen noticias preocupantes de Acerinox. ¿Es competitiva la industria del metal española?

–El sector industrial, especialmente el metal, tiene un gran recorrido de mejora en factores como la energía, donde se necesita certidumbre de costes y un precio competitivo. Una empresa grande o pequeña tendrá futuro si es competitiva. Si no lo es, da igual que sea grande o pequeña.

–Aquí hemos tenido experiencias dolorosas con la industria, como fueron el cierre de Delphi y Altadis. ¿Qué futuro ve a la industria en Cádiz y Andalucía?

–Independientemente de la zona geográfica, la clave es crear un ecosistema que atraiga inversiones y que contenga personal cualificado, un entorno amigable para desarrollar la actividad y que la administración sea ágil para gestionar los permisos necesarios. A partir de aquí, si la empresa es competitiva saldrá adelante. Si no, no sobrevivirá ni en la Bahía ni en ningún otro sitio.

–¿Es compatible la descarbonización de la economía con la competitividad del metal?

–Es perfectamente compatible. La descarbonización no tiene vuelta atrás, pero debe ir de la mano del desarrollo del sector industrial. El problema es que los mensajes deben ser claros y nítidos. Sobra el alarmismo.

–¿Qué le pide al Gobierno que surja de las urnas el 10-N?

–Lo primero es que sea un gobierno estable que dé confianza y certidumbre. A partir de ahí, los políticos tienen una asignatura pendiente desde hace mucho tiempo que es sacar adelante un pacto de estado por la industria. Este sector genera empleo estable y de calidad, por lo que debería estar en el eje central de las actuaciones del gobierno que salga de las urnas.

–Pero España se ha orientado claramente hacia una economía de servicios.

–Y me parece un error. Incluso en las familias se pensaba que la industria era un sector antiguo y contaminante y no es así. Es muy dinámico y va a participar desde un doble prisma en la transformación digital. Va a ser un vector, porque tendrá que adaptarse a esos cambios, y va a ser el proveedor de los equipos que permitan la transformación de la economía.

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